*PIB de Bután
*Estancamiento o recesión
*Coneval es referente
*Metotrexato siempre hubo
*Corrupción hospitalaria
VLADIMIR ROTHSCHUH
Con el mejor superávit en
agroexportaciones anunciado por Víctor Villalobos, con el pleno empleo en las cifras
del IMSS ofrecidas por Zoé Robledo, con la creciente inversión extranjera
directa publicitada por Graciela Márquez, con la inversión en construcción
señalada por Carlos Martínez y el cotidiano anuncio del dólar por debajo de la
barrera de los 20 pesos, es urgente que el presidente López Obrador llame a su
equipo hacendario para contener las lecturas amañadas del INEGI y secundadas
por Banxico. Desde el primer trimestre del año Julio Santaella ha venido como
heraldo negro anunciando una recesión a la vista y de tanto repetir ese mantra
el INEGI ajusta sus valores a una regla simple que contradice los parámetros
internacionales sobre qué debe medirse. El estancamiento en la rama de la
construcción, contradecida por el Infonavit, no debería ser la umbrela con la que se sombrea maledicentemente a
la economía mexicana creciente en sus exportaciones como es el resultado
favorable a los mexicanos ante la crisis de Trump con China pero que tienen
cero valideces para el INEGI. Desafortunadamente las exportaciones, los
superávits, el pleno empleo y las inversiones extranjeras, ayudan poco a
las mediciones de Santaella secundadas felizmente por Díaz de León. Afortunadamente
y sobre experiencia previa, el presidente López Obrador debe aventurarse a estimular
al equipo de Arturo Herrera porque existe un referente o si se quiere una
jurisprudencia econométrica a aplicarse en la revalorización de las mediciones
del INEGI, simplemente desempolvando lo que hizo José Antonio Meade, lumbrera
intelectual de Santaella y Díaz de León, en las variables del Coneval y que le
permitieron al Gobierno de México re-calcular
la pobreza con indicadores
internacionales estandarizados que el Coneval no usaba, generando siempre más y
más pobres en el país. Sobre el giro en la econometría de Coneval, Arturo Herrera
tiene asideros para replantearle a Santaella los ponderables a la vista que
ignora el INEGI y que lo tienen decretando solamente por un sector de la
economía, que México está en ‘recesión’ para obligar al resto de las variables
a entrar en falsa crisis. Recesión es un metalenguaje a redefinir también
cuando está estancada, estacionada, detenida, inmóvil, fija, estática, el ramo
de la construcción. Si Santaella y si Díaz de León aplaudieron la medida
inteligente de Meade ampliando los valores del Coneval, entonces con obligados
motivos la circunstancia es propicia para que Arturo Herrera remueva del INEGI las
cataratas que le impiden ver que hay pleno empleo, que la moneda no se ha
devaluado, que hay superávit agropecuario, que hay inversión extranjera y
recientemente un acuerdo por 42 billones de pesos con la IP. Y conforme a lo
manifestado por Santaella en mayo pasado, de tomar en cuenta la economía moral,
pues encarrerado Arturo Herrera ha de sumar el PIB de Bután en la amplitud de
indicadores del INEGI. Porque no se está hablando simplemente de la felicidad a
secas como un objetivo final, estando tres ejemplos críticos que hablan bien de
México en la dirección económica y política: Corea del Sur con un excelente
PIB, igual Francia y Chile, no supieron responder en sus crisis sociales desde
los satisfactores económicos para impedir las revueltas.
Ni dorada se tragó la píldora el
presidente López Obrador de los grupos de padres de familia que protestaban
frente a Palacio Nacional por el desabasto de medicinas. El gato encerrado no
era la falta de Metotrexato sino el olfato agudo del Primer Mandatario para ver
un simple chantaje como los muchos que ha sorteado con éxito por ser homúnculos
del conservadurismo desde que se acabó con el intermediarismo en las estancias
infantiles y se privilegió el trato directo con los padres de familias. Hoy nuevamente
con cinismo absoluto esos grupos amenazan al Secretario de Salud Jorge Alcocer
con nuevos borlotes derivados de la falta de medicamentos psiquiátricos. Se dice
cinismo pleno ante el hecho que jamás hizo falta el Metotrexato, cuando se
descubre que los encargados administrativos de los nosocomios escondieron los
medicamentos para dinamitar a la Cuarta Transformación desde la médula social
de los programas sanitarios. Todos los casos de corrupción encontrados por el
equipo de Arturo Herrera en el manoseo de la salud pública apuntan más allá de
Irma Sandoval porque se tratan de hechos a atender por Alejandro Gertz. Que los
administradores de hospitales públicos jugaran con la salud de los mexicanos,
va en coincidencia que al frente de las protestas estuvieran padres de familias
ligados a partidos políticos opositores. La primer reingeniería administrativa
de Hacienda en la burocracia dorada no atinó a llegar hasta los mandos medios
duplicados que llegaron al encargo por el calderonismo, la segunda poda
programada para el 2020 tendrá que penetrar hasta este tipo de personajes
administrativos capaces de utilizar las enfermedades, el sufrimiento y a las
familias, en intereses mezquinos que contradicen los valores religiosos de la
derecha invocados en sus reclamos y protestas a la Cuarta Transformación. Simultáneo
que Jorge Alcocer atienda a los padres de familia que sufren la falta de
medicamentos psiquiátricos para sus hijos, habrá de internarse la Secretaría de
Salud en las entrañas administrativas de los nosocomios, corrigiendo desde ahí esa falsía.