BOICOT ELECTORAL

 



 


Por Vladimir Rothschuh

  

Aunque coincida la CNTE con Fox, Córdova, Alito, Krauze, Piña, Claudio González, Marko, Salinas Pliego, Chapoy, Chumel o Aguilar Camín,  no  existe vinculación alguna entre lo que persiguen los moralmente derrotados y el magisterio, los fines de ambos son diferentes: el boicot  de la Coordinadora  a la elección judicial es manejado por el fuego amigo guinda y está dirigido en primera línea, contra miembros del gabinete presidencial y aspirantes a dirigir la Suprema Corte. Halcones, palomas, puros, impuros o como quiera llamársele a ese binarismo, no representa novedad en la praxis de la presidenta Sheinbaum debido a que también lo vivió y acompañó con el presidente López Obrador cuando tomaban el disfraz radicalista feminista e iban a dañar monumentos como a quemar las puertas de Palacio Nacional. El obstruccionismo callejero es una expresión de nuestra idiosincrasia y se remonta a la Ciudad de México en 1624  recorriendo largamente esos 500 años cuya inflexión final ocurre hoy en el clímax de su deconstrucción judicialista transformando ese legado de corrupción  para dejar atrás los vicios de jueces, ministros y magistrados. La presidenta Sheinbaum conoce de primera mano rostros e interjecciones de quienes manipulan el boicot de las elecciones judiciales, lo afrontó como Jefa de Gobierno junto con el presidente López Obrador cuya autoridad moral pudo mitigar y luego erradicar las desmesuras politiqueras. Esas codicias del viejo orden expresan lo que pervive de nuestra tradición moderna de la escuela del partido del Estado; se sabe que la presidenta Sheinbaum  se enteró a tiempo de esos Frankenstein y aquella carta suya  apelando a la militancia morena de dejar atrás las disipaciones, alumbraba lo que estaba larvándose. La condición humana, muy humana, no rebasa a la Presidenta de México, ver tropezar  una y otra vez a suyos y extraños jamás enardece su mente fría, pues obviamente forma parte de nuestra posdemocracia que ella sabrá orientar hacia la transformación de conciencias desde el proyecto de segundo piso. Queda disfrutar el estilo personal de la doctora Sheinbaum ante la decantación de las avaricias guindas y conservadoras que intentan  inducir ajustes políticos conforme a los resultados del uno de junio. Afortunadamente, tenemos Presidenta.