*Omertá a la morena
*FMI con la 4T
*Ramírez Cuevas y Monsiváis
*Culturas amigas
*Culturas amigas
VLADIMIR ROTHSCHUH
El garante de los Gatos de Palacio Nacional no
es Carlos Urzúa, ni la milicia armada, sino el vocero Jesús Ramírez Cuevas por ser el
heredero felino de Monsiváis ante López Obrador. Los gatos que antes
deambulaban por Palacio Nacional desaparecieron a la vista pública y del
penúltimo que se supo fue el que asistía a las mañaneras del presidente López
Obrador hasta que algún gatofóbico entró en alergias fifís y extinguió a la
figura que le madrugaba al Presidente y la ganaba la voz. Para bien las sirenas
de la desaparición de los eternos gatos que desde el Virrey Mendoza limpian las
raterías del Poder bajo la Cuarta Transformación. Uno de los
gatos que Jesús Ramírez Cuevas ayudó a bautizar a Monsiváis se llama ‘Peligro
Para México’, en identidad a la falsa campaña de Solá, Calderón, Martínez
Cázares, Clouthier, de la derecha histórica contra el candidato López Obrador. La veintena de gatos de Monsiváis
respondía a un espíritu plural, si no hay corazón para adoptar un gato qué
corazón tendrá el hombre para odiarlos. El
término de Monsiváis se aplica a la política, como es un político con los
gatos, lo es con su pueblo y para contarla viven Jesús Ramírez Cuevas como Miau
Tse Tung, Catástrofe, el Siniestro
Chocorrol, Ansia de Militancia, Mito Genial, Ale Vosía, Fobia, Victoria sobre
el Fraude, Peligro para México, Posmoderna, Miss Oginia, Voto de Castidad, Rosa
Luz Emburgo y Recóndita Armonía.
A nombre de los derechos reclamados, derechos
suspendidos: todo autoritarismo enaltece a sus víctimas como el desafuero que
alzó en pedestales al entonces Jefe de Gobierno de la CDMX. En Morena los
vicios fascistas de sus adversarios o más bien los trinos estalinianos de los
amigos cubanos, norcoreanos y venezolanos de Polevnsky, se expresaron en la
purga partidaria de Alejandro Rojas como autor material de una maniobra
intelectual de Monreal y Ebrard, contra quienes no alcanza la suspensión de
derechos morenistas. La flexibilidad la ha ejercitado todos los días López
Obrador como Primer Mandatario, conforme las emociones de Polevnsky y Alcalde, el país todo viviría un baño de sangre. Con los dados a su favor, el
victimizado Rojas Díaz Durán tiene con qué demostrar el verticalismo polpotiano
de la dirigencia nacional Morena y exigir la renovación de un liderazgo adverso
y opositor a la Cuarta Transformación de México. Ante los aparatos de justicia
interna lo asiste el derecho al purgado, ante los organismos electorales
externos, también. En la jerga del antiautoritarismo, mató Polevnsky al
mensajero sin atreverse a jalar el gatillo al Secretario de Relaciones
Exteriores y al líder del Senado de la República. ¿El mensaje está cumplido
semejante a un pez envuelto en papel periódico según las obras de Puzo en
Omertá?
El aplauso de Cristina Lagarde al presidente
López Obrador por sus políticas fiscales prudentes, la plastificación del
dinero, reducción de pobreza, corrupción y desarrollo inclusivo, componen el abrazo
mefistofélico que el inquilino de Palacio Nacional capoteó pues no representa
un gobierno neoliberal. La gira de la
cabecilla del FMI en México se la recrean al astuto José Antonio Meade que como
estuvo en labios de muchos por el respaldo de HSBC a las políticas económicas
del presidente López Obrador, se aparece de nuevo con la visita palaciega de Lagarde
al Jefe de Estado Mexicano, toda vez, que el gran amigo de Christine aquí no es
otro que José Antonio Meade y hasta habrá que incluir a su esposa, la agraciada
Juana Cuevas. Educado entre adultos, Meade creció en el trato conciliador y
generoso que ha tenido hacia López Obrador cuando reconoció antes que el INE su
triunfo arrasador en los comicios presidenciales. La herencia de Meade para el
presidente López Obrador, no sólo es su amistad con Lagarde, sino el colchón de
74 mil millones de dólares que dejó asegurados para cualquier eventualidad de este sexenio. Lagarde no fue tan neoliberal al lado de López Obrador al saberse
adosar al lado melifluo del FMI que lucha
a nivel global por abatir la pobreza y la corrupción, encontrando
paridades con las metas sexenales de la Cuarta Transformación: Lagarde y López
Obrador tienen los mismos propósitos sociales haciendo prosperar a los
mexicanos.
Lo denomina Suárez del Real ‘resignificar’ el
viejo espacio de poder en la Residencia Oficial Los Pinos, por los libres
derechos sociales de la ciudadanía. Y no se refería a las dos intervenciones de
Alejandra Frausto en Palacio y las nuevas hectáreas de Sedena, sino a los
catorce días Feria Internacional de las Culturas Amigas (FICA) 2019 que deberá
superar los legados de Ebrard y Mancera ante los objetivos sociales de
Sheinbaum y que no 'significaron' el Canciller y el Senador. Ningún desafío
parece insuperable para Suárez del Real haciendo de la Feria de las Culturas
Amigas algo más que una ocupación estratégica como la usó Mancera en la plancha
del Zócalo de la CDMX contra las protestas ciudadanas. Entre Quinta Colorada y Los Pinos veremos el
ingenio de Suárez del Real para ofrecer algo distinto a la rutina de años
pasados en la Cultura de la CDMX.
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