*Empresarios felices
*Vacantes diplomáticas
*Veto y controversia salarial
*Cobro de piso
VLADIMIR ROTHSCHUH
Julio Scherer hace lucir al
Presidente electo con una Ley de acento suyo acerca o de responsabilidad
ciudadana que libera al comercio formal de una de las cargas del uso de piso
cobrado por inspectores federales. La Ley Scherer es un contrato de dos vías
entre la buena fe de los clientes que recibirán litros de a litro y kilos de a
kilo o servicios de calidad, como una apuesta elevada en la confianza del
consumidor más que del expendedor, porque habiendo SAT y Profeco, es deporte
olímpico en los prestadores de servicios mofarse no de la reglamentación sino
de sus clientes. La Ley Scherer revive la creencia de Rousseau de la buena
naturaleza humana y la descomposición en la convivencia social, se tuerce en un punto de
la red de corrupción que abarca más allá de las responsabilidades de Graciela
Márquez Colín y atrae a Alfonso Durazo por policías, gobernadores y alcaldes que compiten
con el cobro de derecho de piso que abona regularmente el crimen organizado. Antes
que Jesús Ramírez Cuevas diera a conocer la Constitución Moral, la Ley Scherer
abona la cartilla de las buenas costumbres haciendo posible la demanda histórica
de los empresarios al poder político y que reprobaba internacionalmente a México como país
impulsor de emprendedores.
El veto de bolsillo presidencial
lo curó el Senado a través de su presidente: la Ley de remuneraciones o salarios
máximos que mantuvo engavetada el presidente Peña Nieto, le dio Martí Batres
vigencia legal en sus facultades legislativas. La aventura que viene pone a
prueba la tersura de la alternancia con las controversias que serán admitidas
por la SCJN en contra de la decisión senatorial y que obviamente el ministro
instructor agilizará en estas semanas inmunizando la reducción de salarios de
los tres poderes del Estado y que atañe a los emolumentos de la SCJN. El ejército
de altos funcionarios federales a disgusto con la medida del Presidente electo
para ganar menos de cien mil pesos mensuales obtuvo por razones del destino un
giro inusitado. Los ministros de la SCJN, funcionarios del INE, CNDH, desconcentrados,
autónomos y demás, con la decisión de Batres podrán aferrarse al puesto y a sus
salarios superiores al del presidente López Obrador a través de las
controversias ante la Corte. Queda por la sana relación entre Poderes ver cuál
será la balanza en que se incline el judicial y si es que hay fifís dispuestos a
defender sus ‘derechos’.
La buena química entre los
cancilleres Videgaray y Ebrard destila su mejor instante con la renuncia de panistas,
perredistas y priístas en consulados y embajadas. No será el canciller de la
Cuarta Transformación el que lidie con los diplomáticos, tendrá despejados el
centenar de espacios para darle ruta a colaboradores afines al proyecto o
aquellos que durante su servicio mantuvieron una neutralidad impar apoyando las
acciones del candidato López Obrador en sus giras por Europa y Estados Unidos o
bien manteniendo la diplomacia esperada con el actual Canciller mientras vivió
en el exilio francés o californiano. No hay dudas que la Cuarta Transformación premia
los sanos comportamientos como el de Alexandra Haas, ratificada en su encargo
luego de ser la única funcionaria de Segob que salió en defensa de Jesús
Ernesto durante los agravios del triunfo electoral de julio. Lo cual significa
que personajes como Edgar Elías Azar y muy cercano al ex Jefe de Gobierno,
podrán presentar su renuncia a Videgaray sabiendo que el canciller Marcelo lo ratificará en su encargo de Países Bajos si no es que decide moverse a otro de
su preferencia. Igual sucederá con Roberta Lajous en España por su
comportamiento favorable al candidato López Obrador durante sus paseos
familiares por la Cantabria; circunstancia que deben valorar también Juan José Guerra Abud y Enrique
Martínez, por sus cortesías en Italia y Cuba. Del lado panista el embajador en Canadá, Pérez
Jácome, quizá conserve el puesto luego que el Grupo Hermes fracturó la unidad
empresarial en torno al NAIM en Santa Lucía. La Cuarta Transformación no es una
asonada como intentaron hacerla pasar los halcones, el Establishment sigue en
pie reciclando sus valores de la clase política. Videgaray no puede agradar con
esta decisión a sus compañeros priístas en el servicio diplomático, pero sí
acrecentar la confianza como figura de Estado para prestar sus servicios según
se lo demande el nuevo Presidente de la República.
Se apuntó otra raya el
Presidente electo en sus coreografías de Estadista: los contratistas del NAIM
en las figuras de Hermes e ICA, están felices y contentos con la salida que
obtuvieron de López Obrador protegiendo sus intereses. Si se cancelaba Texcoco,
brotaban las críticas contra el Presidente electo, ahora que resuelve el
malestar de las constructoras llevándoselas a Santa Lucía, vociferan más de lo
mismo. Y no se trata de lo que haga o deje de hacer López Obrador frente a sus
opositores, se trata de la historia de siempre del presidencialismo mexicano. Una
vez aplacados los elebrestos de los empresarios involucrados directamente con
el NAIM en Texcoco, los empresarios ajenos pero metidos en las aguas revueltas,
tendrán que alzar sus noblezas como en otras tantas experiencias de rescate
gubernamental. Los que azuzaron contra el NAIM no están completamente alegres
en su sed de revancha contra Slim, Gerard, Hank, Quintana, Hinojosa, con los que deberán
colaborar en las nuevas obras de Santa Lucía, Toluca y AICDMX. La victoria
contra los contratistas de la Mafia del Poder, fue pírrica.
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