Por
Vladimir Rothschuh
Clausewitz
señalaba que no existían adversarios pequeños,
minimizar a éstos revirtió situaciones presuntamente ganadas. La presidenta
Sheinbaum no mide el escenario político por la dimensión de esos actores,
debido a que el actual horizonte que revela la operatividad de la Coordinadora
Magisterial es que personifica en todo
México el 9.8 por ciento de escuelas y educandos. Si la Jefa del Estado
Nacional encasillara a la CNTE a dicha justeza, acabaría repitiendo las
expresiones tecnocráticas de “ni los veo, ni los oigo”, que marcaron el cinismo
tecnocrático. Porque entre esos invisibilizados estaba una joven universitaria
llamada Claudia Sheinbaum cuyo voto fue defraudado en los comicios. De la lucha
social emerge la Presidenta de México y su actuar se apega a ese origen y apela
a que los restantes miembros de su partido político se mantengan fieles a sus
principios. La representación geográfica de la Coordinadora de apenas el 9 por
ciento nacional, no empuja a la presidenta Sheinbaum a denostar, reprimir,
mofarse o minimizar la demanda de ese magisterio que como el SNTE merece ser reconocido
por su labor transformadora, no numeral, porque el México que somos es obra de
maestras y maestros. A esos transformadores de vidas, la Presidenta les premia
con un aumento salarial del 10 por ciento y que equivale a gozar un salario de
18 mil 900 pesos, mismo con el que una maestra de 58 años o un profesor de 60
podrán retirarse. La presidenta Sheinbaum puso a desarrollar en la Mañanera labores
pedagógicas al hijo de educadores y también maestro universitario, Martí Batres,
así como al economista Mario Delgado y titular de la SEP, quienes puntualizaron
el deterioro salarial del magisterio durante el periodo neoliberal y reseñaron
la construcción de un nuevo bienestar económico para los maestros con la 4T,
siendo el aumento salarial de la presidenta Sheinbaum, cima de un emolumento de
casi 19 mil pesos. La niña Sheinbaum aprendió de Annie Pardo el valor superior
de la enseñanza y los sacrificios que cada mentor asumía para compartir su
conocimiento con cientos de alumnos o miles de por vida. En dicho paradigma
cabe la tolerancia de aquella niña ahora Presidenta, hacia las acciones
callejeras de la CNTE para no evaluar dentro de la estadística del 9% lo que ese sindicato representa en México. No son pocos, no son insignificantes, no
sufren déficit de atención, todas las puertas del ISSSTE, SEP, Segob, Hacienda,
han estado abiertas, siendo lo enigmático la forma en que la CNTE cerró la
puerta de Palacio Nacional el jueves pasado. Y no obstante la presidenta
Sheinbaum mantiene el diálogo encabezado por Rosa Icela, Batres y Delgado,
dentro de la cuenta regresiva del uno de junio: mientras unos confirman su
boicot comicial, otros se dicen ingenuos de su proyección política. En ese
esquema la Mañanera de hoy se transformó en un aula pública nacional donde no
cupo ninguna duda de lo que Mario Delgado y Batres desglosaron. Y si la CNTE tiene imprecisiones
volverá la presidenta Sheinbaum a la pedagógica humanista que descree que la
letra con sangre entra mejor: ese pasado no volverá, el magisterio no será
reprimido.