*Disputas de poder
*Entretenimiento chinesco
*Moral sobre costumbres
VLADIMIR ROTHSCHUH
El presidente López Obrador ha
desactivado infinidad de minas explosivas instrumentadas desde la oposición, su Gabinete, el Legislativo y su
partido, siendo Pío y León, una cuenta más del rosario de abyecciones con las
que ha debido lidiar y salir airoso como
el idóneo Jefe de Estado. El presidente López Obrador ha resuelto otras maniobras
de mayor escala como la transformación de Pemex y el Huachicol, la CFE y el otro
huachicoleo, el Seguro Popular y las farmacéuticas, imbricándose con éstas
últimas la descalificación de León Romero para dirigir la monumental empresa
del Estado concentradora de los billonarios negocios de los cárteles batas
blancas. La lucha y resistencias se han
dado en estos dos grandes sectores regidos por las transnacionales y sus
asociados domésticos del pasado y los emergentes de la nueva clase gobernante. Lo
que se discute en estas circunstancias son fortunas a escala internacional, de
ahí que converjan los energéticos con Lozoya y las farmacéuticas con León
Romero, haciendo aparecer en el teatro chinesco las sombras del mensajero y el
oportunismo político que entretienen en lo banal y distraen de lo esencial el
proyecto de país. Señorear la agenda nacional
es una estrategia de buenos resultados en los diálogos circulares de todos los
días desde Palacio Nacional, es un caso único de un Jefe de Estado en el mundo
y quizá ahí se entreveren las circunstancias porque al mercenarismo de Loret
como mensajero no lo usan únicamente los
partidos opositores sino deplorablemente los mismos personajes que desde el
Gabinete se han dedicado a golpear a Olga Sánchez Cordero, Marcelo Ebrard,
María Luisa Albores, Zoé Robledo, Luisa Alcalde, Víctor Toledo, Claudia
Sheinbaum, López-Gatell, Irma Sandoval, Alfonso Durazo y Manuel Bartlett, entre
otros. Y en cada circunstancia el presidente López Obrador ha sido atento y
mesurado para no decantar en los boteprontos de la provocación ajustándose a su
plan de gobierno y a su experiencia personal, pues todos esos fuegos han sido
de la lumbre amiga y dirigidos a que suelte las bridas del poder y se incite lo
que ha hecho sucumbir a muchos sexenios y cuatrienios con las ambiciones
naturales y desmedidas por los controles del presidencialismo; de ahí que sea loable y plausible que no tenga
oído el presidente López Obrador para ningún grupo en disputa particular por
dominarlo y como ha refrendado al no aceptar ser pelele de los inmorales. La
filtración sobre Pío y León, no vino de los enemigos externos del
conservadurismo sino desde los nuevos intereses que ha generado el negocio
multimillonario de consolidación farmacéutica en manos del Estado; la pandemia
como lo señaló el presidente López Obrador, escasamente desnudó la fraternidad
sino que exaltó lo más vil de la condición humana con los miedos provocados por
el nocebo neoliberal y las impúdicas ganancias empresariales. Cuando se enteró
el presidente López Obrador que los mexicanos que enfrentaron el Covid desde
sus casas sobrevivieron, mientras que el 88% de los que acudieron a los
hospitales, murieron, no fue para menos su apego al proyecto transformador del
sector salud nacional con la adecuación
del modelo nórdico sanitario promovido por Jorge Alcocer, sobre el tecnocrático
perverso y lucrativo vigente. Lo histriónico de la actual descomposición
posdemocrática, es su afasia para que gitanamente las viejas tribus de la
izquierda reagrupadas en Morena volvieran a sus vicios de picarse los ojos y
echarse el tarot unas a otras. A simple vista Loret como mensajero de todos
esos grupos que se enlodan, revela que la tolerancia del presidente López
Obrador a los infantilismos políticos, amerita un reajuste porque no es lo de
menos el gazapo chinesco, la reacción oficialista y el aplauso conservador, teniendo un origen común en el Gabinete, en el Senado y en Morena. Mientras
la verticalidad de sus principios morales lo sostenga, el presidente López
Obrador podrá mantener la dirección de la nave del Estado y aplacar la rijosidad
de su tripulación a bordo, ciertamente él, solamente él, no puede ser comparado
con ninguno.
https://twitter.com/VladRothschuh