*SP vs. Insabi
*Moches panistas
*Gober salobres
VLADIMIR ROTHSCHUH
Ha prometido, Martín Orozco, luchar
hasta morir para que el Seguro Popular permanezca en Aguascalientes, una
promesa que redunda en las dimensiones del calderonismo opositor a la cuarta transformación
en el sector sanitario del país. La sobrevivencia del Seguro Popular en el sexenio
pasado fue otro de los lastres que se echó encima el peñanietismo, como otros
tantos que acabaron pudriendo la alternancia mal entendida. Los gobernadores
que se oponen al INSABI, son albiazules confundiendo el gobierno con el
proselitismo político; se han destacado los panistas desde la década perdida
hasta las acciones de sus gobernadores contra el INSABI en hacer de la
administración pública un asunto partidista y no de neutralidad gubernativa. La
respuesta del presidente López Obrador a esos mandatarios atascados en la
debacle calderonista que envuelve a García Luna y a Medina Mora, es de una
dimensión de Jefe de Estado, los atenderá como lo ha hecho otras veces. Esto es, se comporta el Presidente de México como
un mandatario de todos los mexicanos y no como un cabecilla de una claque en el
poder presidencial como han resultado ser los panistas. Es sucio y anacrónico
que el mandatario de Aguascalientes hable de vida o muerte, en la constitucionalidad
del federalismo y su aprobación del INSABI. Los gobernadores albiazules serán
recibidos en Palacio Nacional por el presidente López Obrador, el secretario de
Salud Jorge Alcocer y del INSABI, Juan Ferrer, para encontrarle lógica al
interés sectarista de esos mandatarios estatales no tan despistados en las
obligaciones constitucionales de pretender mantener el Seguro Popular en sus
entidades como capricho de un fracaso
que los arrastró a todos ellos en la corrupción y criminalidad del sexenio
calderonista y que aún no concluye ese deslave con el proceso a García Luna. El
presidente López Obrador pasó este fin de semana por Chihuahua acompañando a
Javier Corral en acciones comunes de ambas administraciones y lo mismo ha hecho con
Cabeza de Vaca, Sinhue o Pancho Domínguez, por mencionar a los más afines de la
derecha extrayendo los beneficios de la Cuarta Transformación. La sentencia de
Martín Orozco, morirá cuando entre a Palacio Nacional y salga convencido del
equilibrio federalista y de la practicidad gubernativa partidista, pues no fueron
esos mandatarios a cuestionar el INSABI, sino a pepenar las retribuciones
colaterales por su buen comportamiento. El Seguro Popular era una estatua de sal
que no podían seguir idolatrando los fallidos calderonistas.
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