ELECTRICIDAD PARA EL PUEBLO

 



 

Vladimir Rothschuh

 

A unas horas de celebrar el constituyente del cinco de febrero, la presidenta Sheinbaum firmó y mandó al Congreso un paquete de leyes secundarias que consolidan la lucha del presidente López Obrador contra la corrupción neoliberal que despojó a los mexicanos de la electricidad y del petróleo. En estas mismas fechas de festejo constituyente, el ex presidente  anunciaba diez reformas constitucionales que heredaría a su sucesora Claudia Sheinbaum y que para octubre pasado alcanzó ella a saldar; el nuevo marco constitucional energético enmendó el desfigure de Peña Nieto al legado del máximo mexiquense López Mateos que nacionalizó la industria eléctrica. Hoy la presidenta Sheinbaum pulió la restitución de la electricidad y el petróleo a sus orígenes nacionalistas manteniendo el Estado su rectoría, abriendo su participación menor a la empresa privada y especialmente admitiendo por vez primera en más de un siglo, a la electricidad como una garantía sobre el derecho para los grupos vulnerables.  Luz Elena González confirmó que se reconoce en el gobierno de la presidenta Sheinbaum  el concepto de “justicia energética”, que reducirá las desigualdades en el acceso y en su uso, garantizando los recursos para la atención prioritaria de la población más vulnerable de nuestro país. El sentido de bien público de la electricidad, antes de ayer, rayaba en la quimera del propietarismo de los mexicanos pero cualquiera en situación de pobreza veía cómo llegaban a cortarle el suministro  y cuyo parangón devastador fue Tabasco con los miles de hogares en oscuridad durante el neoliberalismo, pues éste privilegió el negocio energético por encima del bienestar de los mexicanos. López Mateos como guía político de los tolucos no alumbró a Peña Nieto en su secuencia matrera de ensuciar el nido que lo procreó políticamente desde el Atlacomulco. Llevando la 4T a Ley la reforma energética sufrió revés desde la descomposición de la SCJN que salió en defensa de los intereses privatizadores del conservadurismo personificado en el PAN y PRI. El segundo impulso del cinco de febrero pasado, apuntalado por la presidenta Sheinbaum en octubre siguiente y asentado hoy en vísperas del constituyente queretano, glorifica los legados de Juárez, Madero, Cárdenas, López Mateos y López Obrador. Rebasó el Segundo Piso las expectativas de primero los pobres al volverlos sujetos de derechos como soñaba Tesla acerca de la electricidad como un bien para todos.