Por
Vladimir Rothschuh
Ceñidas
las protestas de la CNTE al proceso de renovación judicial, sus bloqueos y
agresiones no concluirán el uno de junio sino que se extenderán políticamente
conforme los resultados del INE. Las funciones arrendatarias de este aguerrido
magisterio se dijeron bien remuneradas cuando se le adjudicaban presuntas
fortunas económicas a cambio de enrarecer el clima político en pasados sexenios.
Los priístas vieron a la CNTE como su enemiga, igual los panistas y finalmente
Morena sufrió semejante; con la salvedad que
ni el presidente López Obrador, ni la presidenta Sheinbaum han usado las
fuerzas del orden para reprimir a la CNTE o acusarla de venderse a los
intereses opositores como fue el discurso prianista. El Presidente de la
Transformación echó atrás la reforma de Peña Nieto, la consideró punitiva
contra el magisterio porque compendiaba las interpretaciones neoliberales del
maestro como adversario y no como aliado en la edificación de un nuevo México.
La presidenta Sheinbaum igual pondera la enseñanza y nunca ha derrapado en instantes
de ira por la violencia callejera de la CNTE, muy al contrario sigue mejorando
salarios y prestaciones. En esta coyuntura tomó la decisión audaz sobre uno de los ejes
de las movilizaciones magisteriales, consolidando el perfil de Rosa Icela al
frente de Gobernación. El refuerzo de la
medida presidencial fue soportar esa negociación con Mario Delgado de segundo,
porque entre esas elucubraciones figuraba que el Secretario de la SEP alistaba
maletas para moverse a Bucareli para darle orden a la agenda nacional y vaya
que con humor la Presidenta le dio cauce al gazapo enviando a Mario a Bucareli.
Ello porque la presidenta Sheinbaum no ve desorden en la política interior,
valora el estilo de Rosa Icela que ha sabido
apagar los rescoldos de la vieja política con mano suave pero firme.
Prácticamente la Presidenta acabó enviando un recado a su Gabinete, a los
diversos grupos políticos codiciosos y a
su partido Morena: quien coordina es Rosa Icela y no la Coordinadora. Entre más
decibeles le metan a las protestas magisteriales más estable se le notará a la
Secretaria de Gobernación. Es significativo el noviciado con López Obrador como Jefe de Estado, Jefe de
Gabinete, canciller, vocero, divisionario y hasta líder partidista y que no sea patente en el desempeño de la
presidenta Sheinbaum ordenando día a día la agenda de México desde sus
Mañaneras, negociando cara a cara con Trump, pulsando cada fin de semana las
entrañas del país. El mensaje de consolidación de Rosa Icela deben tomarlo
igual quienes especulan sobre Luz Elena, Harfuch, Ernestina o Jesús: atrevido diseccionar la unidad presidencial
cuando ese Todo es Sheinbaum debido a que no hay Secretaria de Gobernación, de
Seguridad, de Energía o Marina, hay PRESIDENTA.