Vladimir
Rothschuh
Hoy
por la mañana la presidenta Sheinbaum volvió a platicar por teléfono con el
presidente Trump, mantiene la conversación abierta para seguir negociando y mantener una buena
relación en temas de interés binacional. El contexto de la plática ocurrió
en un escenario algo favorable con el 3.5% de gravamen a las remesas,
adelantando la Presidenta que su objetivo es llegar a cero impuesto. Este cinco
por ciento como invento del magnate, se lo impuso a sus congresistas y
solamente él tenía autoridad de ajustarlo
en 1.5 por ciento menos. Porque si nos atenemos al itinerario de la gira de
nuestros senadores el ánimo de ayer era de capa caída. Entre todos los
senadores mexicanos había coincidencia común: iban muy bien documentados,
informados y apertrechados de amplios instrumentos de convencimiento, desafortunadamente
los llevaron a lugares incorrectos ante
la gente incorrecta (demócratas). Lo suficiente
que pudieron constatar los senadores que
hicieron lobby contra el gravamen, fue que el embajador Moctezuma
escasea de vínculos con los legisladores republicanos y sus familiaridades
menudean con unos cuantos congresistas demócratas y otro poco con miembros del
cuerpo diplomático amigos de México. Esteban Moctezuma como operador del
empresario Salinas Pliego tampoco goza de la confianza de su jefe al no cederle
éste su cartera de relaciones con el equipo de Trump, partiendo de la fiesta de bienvenida hispana que el Grupo
Salinas organizó al mandatario electo y a la cual acudieron Carlos Slim,
Altagracia Gómez y Eduardo Verástegui, mismo que orquestó la pachanga de
bienvenida al embajador Johnson a su llegada a la CDMX. En cuenta regresiva, el
embajador Moctezuma saludó con sombrero de Palacio Nacional un lobby que estuvo
siempre lejos de sus capacidades y vínculos con los legisladores o funcionarios
de primer nivel republicanos. El 3.5 por ciento en la jerga de los senadores,
lo deja tullido pero no manco para postear celebraciones bufas y más cuando el
sello sobresaliente era típico de la
Mujer Maravilla Mexicana con el magnate de la Casa Blanca. El estilo de
Sheinbaum de manejar en parcialidades sus avances, como la sentencia famosa de
dos pasos hacia adelante y uno atrás, le han granjeado triunfos sorprendentes
que la postulan en la globalidad. No obstante, la presidenta Sheinbaum fiel a
sus maneras, agradeció a los senadores su lobby, especificó que va hacia la
extinción de ese gravamen. En la frustración de ayer en ambos lados, por parte del
embajador Moctezuma y del puñado de legisladores nuestros, el canciller Juan
Ramón de la Fuente bogaba entrambas
aguas: sus señalamientos a la presidenta Sheinbaum de ajustar el cuerpo
diplomático acorde a la nueva correlación de fuerzas multiplicada por el
presidente Trump, acabó remachándose en esta gira de convencimiento inverso. La
diplomacia como premio de consolación representa viejas épocas en que el exilio
con cargo al erario contemplaba formas presuntamente sutiles entre la familia
revolucionaria tricolor. La cuenta regresiva de quienes anhelan el encargo de
Estaban Moctezuma, tendrá que aguardar lo que en tiempo equivalga ese uno punto
cinco por ciento menos a favor de las remesas. Si los senadores tuvieron su
valoración del fallido trabajo facilitador de nuestro embajador en Washington,
la presidenta Sheinbaum desde que inició su conversatorio con el presidente
Trump, está persuadida de que mucho la ayudan quienes no la estorban.