CORRALES Y GALLINEROS

  



Vladimir Rothschuh

 

El titular de Agricultura Julio Berdegué frenó las  importaciones avícolas de Brasil por brote de gripe aviar. El presidente Lula da Silva podrá afirmar ¡qué injusto!, que por una granja de Río Grande do Sul, su país aliado y amigo llegue a prohibir las importaciones de huevo, pollo, carne, vísceras y aves de ornato. El estado de humor de nuestro Secretario de Agricultura es un tema público al grado que la presidenta Sheinbaum lo conminó en una Mañanera del Pueblo a no enojarse y comportarse como lo hace ella, con mente fría y corazón animoso. La cuestión es que la dependencia que dirige Berdegué tiene ese derecho a molestarse con los socios norteamericanos que suspendieron la importación de reses debido al gusano barrenador y tiene el derecho a molestarse con los cariocas por un brote influenza aviar H5N1 en una sola granja. Si se  mantuviera la mente fría como suele hacer la presidenta Sheinbaum se valorarían los protocolos sanitarios que operan globalmente y que nada tienen que ver con estados emocionales que hacen de la escandalera pecaminosidad política. El canciller Juan Ramón de la Fuente atemperó los ánimos de quienes hicieron borlote con el gravamen a las remesas, explicando que no se trataba de nada cierto y que tampoco era un pleito racial o financiero con la mano de obra mexicana en Estados Unidos. Y no le falló el tino al ex rector de la UNAM y responsable de la Doctrina Estrada sobre el devenir incierto de esa inspiración republicana: el 5% de gravamen quedó en historieta y del lado mexicano el añadido anecdótico. Más de una vez la presidenta Sheinbaum ha señalado que el presidente Trump puede hacer en su país lo que mejor crea para su proyecto de gobierno, intentar brincarse el Río Bravo con una fuerza de tarea contra los narco terroristas, obviamente recibiría y recibió el rotundo no de la Wonder Woman mexicana: cooperación sí, subordinación no. Y claro, en ese embeleso a Trump no  se percató de su dislate gravísimo de  negociar con los narcoterroristas sinaloenses y darles protección. Con el mismo derecho que Julio Berdegué le cierra las fronteras a las importaciones avícolas brasileñas, con la misma razón sanitaria su par Brooke Rollins advirtió del gusano barrenador en las importaciones en pie de ganado por la frontera sur. El aspecto de la culpabilidad tampoco mejora el escenario, los ganaderos acusaban a Berdegué por no prever y éste culpaba a Estados Unidos por no darles moscas estériles. Sin enojarse, con la cabeza fría y el corazón contento nuestro secretario de Agricultura habrá de tener respuestas para el presidente Lula y su encargado agropecuario, Carlos Favaro, sobre el veto mexicano a Brasil.