Por VLADIMIR ROTHSCHUH
Confianza y orden pueden
denominarse las virtudes que a la presidenta Sheinbaum le reconocen los
mexicanos, sin exabruptos, su manera de gobernar discurre serenando los extintos
tiempos que ella misma ha sentenciado, no volverán. Nuestra primera mandataria es
sobreviviente de la violencia patriarcal a través de una innovada especie de terrorismo
doméstico; esto es, cuando los grupos que ambicionaban suceder al presidente
López Obrador activaron mecanismos que superaron los magnicidios del salinismo
con la tragedia de la Línea 12 del Metro. Las estaturas morales, tanto del Primer Mandatario como de la Jefa de
Gobierno, se impusieron sobre las abyecciones guindas del fuego amigo que ya se hacían extorsionando
desde 2021 y despachando otra vez en Los Pinos en 2024. El nuevo talante de la
presidenta Sheinbaum se muestra clásico, ahora que Jorge Gaviño llega a liderar el IMSS
como figura estabilizadora desde la Secretaría General: el ex titular del Metro
de la CDMX, suma con su designación el retiro de los diversos
operadores vinculados con la corrupción del Instituto, como del IMSS Bienestar,
que han ido dejando sus puestos, siendo Svarch el mayor símbolo de esa
operatividad cuando la presidenta Sheinbaum sentenció que “Alejandro ha hecho
un trabajo extraordinario al frente de Cofepris, erradicando la corrupción que
había en esta institución”. Gaviño enfrentó a Enrique Horcasitas y a Gabriel
Regino en la escalada política que trataba de hacer culpable administrativa y
negligente, a la Cuarta Transformación de una tragedia soez sobre el pueblo
indefenso cual modalidad imperecedera de Lomas Taurinas. Desde la Secretaría General del IMSS, Jorge
Gaviño espejea en el tablero político su función de gambito serenador de los
viejos apetitos ligados descaradamente con los factistas neoliberales, según
pudo comprobar la presidenta Sheinbaum cuando los dinosaurios del Fobaproa
mostraron sus fauces en el encuentro empresarial de Palacio Nacional. La
Presidenta de México nos muestra la visión holística de la mujer gobernando
sobre un horizonte poliédrico opuesto al lineal y estrecho masculino, haciendo
resaltar Sheinbaum la capacidad innata
de su género y particular de su larga experiencia en la militancia de izquierda.
II- La presidenta Sheinbaum explicó que no tomará medidas judiciales contra Felipe Calderón una vez sentenciado su brazo derecho, García Luna. La secuencia natural, aguardada por los aliados del ex mandatario, era que el efecto dominó alcanzara al representante del fraude presidencial del 2006 y a partir de ahí, alzar banderas de víctimas como viudas del inmundo cadáver calderonista. La presidenta Sheinbaum optó por mantener supurando esa baja entidad constriñendo al PAN a escindirse de la carrera de agravios de Felipe Calderón porque sus delitos son muchos a los ojos panistas, comenzando cuando dio un golpe sucesorio aliándose con el crimen organizado de Jalisco y Michoacán, humillando a la militancia con cuadros más talentosos, sin vicios y con autoridad política para la candidatura presidencial de entonces. El fraude que le hizo a su militancia se la haría a México cuando fue derrotado en el 2006 por López Obrador, al grado que su incompetencia la cubriera ensangrentando México. Los nuevos y viejos panistas, es decir, desde Fernández de Cevallos hasta Marko Cortes, esgrimen los juicios más feroces contra Felipe Calderón. Los peores barrotes para este ex mandatario, seguirán siendo la execración y el alcoholismo, con tal de enfrentar sus infames obras.