*Estadista Moral
*Republicanismo restituido
*Transformación de conciencias
VLADIMIR ROTHSCHUH
Como todas las mañanas de ineludible
responsabilidad estadista, el presidente López Obrador puso en su discurso
del uno de diciembre a la economía moral frente a 250 mil almas que ratificaron
su mandato como no había sucedido al primer año de sexenios pasados cuando los
bonos democráticos ya había sido dilapidados en doce meses. Esa economía moral,
la puso el presidente López Obrador cabeceando el desarrollo del país con una
economía popular secundada por la empresa privada doméstica y la inversión
externa, así como los 648 mil nuevos empleos, más lo que faltan por contar en
el IMSS y en el INEGI con los dos grandes programas sociales. Volviendo así a
dar luz verde el presidente López Obrador a Zoé Robledo para que incluya en las
estadísticas de pleno empleo del IMSS a 900 mil jóvenes trabajando como
aprendices que reciben tres mil 600 pesos mensuales y a 230 mil sembradores que
están recibiendo un jornal de cinco mil pesos mensuales. Desconocer al millón
ciento 30 mil nuevos empleos formales, redunda en las cifras grises que el
INEGI no percibió ya porque opera en viejas variables y no ha incorporado las
nuevas de la Economía Moral o bien porque el Seguro Social no se había dado a
la tarea de contabilizar entre los empleos formales al millón de Jóvenes
Construyendo Futuro y al cuarto de millón de agricultores de Sembrando Vidas. Reflejando
esos datos en las estadísticas del empleo, no estaría Banxico diciendo que se
contrajo la economía terciaria, siendo que hay una derrama financiera
considerable por estos dos salarios sociales. Por la ruta del IMSS podrá
gestionar Arturo Herrera la integración de nuevas variables en las mediciones
del INEGI y que vale recordar, prometió desde mayo pasado
considerar y a las que habría que sumar otros indicadores que usan otras
naciones del mundo para darle una imagen redonda a sus economías y no meramente
parciales como acontece.
En el primer año del presidente López Obrador el
aumento al salario mínimo ha hecho que la media en el IMSS por trabajador
beneficiado sea de once mil pesos. Y como parte de esa ética moral la Cuarta
Transformación no le ha declarado la guerra a nadie y asumió las deudas del
peñanietismo a los grandes proveedores por casi 500 mil millones de pesos. En esas
circunstancias favorables están las respuestas de banqueros e industriales y luego
la CEPAL negando que México hubiera entrado en recesión. Lo que encontró Alicia
Bárcena eran puntos a revalorar por Arturo Herrera en la ejecución del
presupuesto y en la inversión mixta Gobierno – IP. En estos dos ámbitos Herrera
se ha abocado como lo resaltó el formidable acuerdo con la IP anunciado en esta
semana por Alfonso Romo y que deberá ser complementado con otros dos grandes convenios en
petróleo y en salud. Arrancada tarde la ejecución presupuestal, ahora se
enfrenta a los tiempos fatales del cierre de diciembre que tienen a todas las
dependencias federales luchando absurdamente con la herencia burocrática de
sexenios pasados. Está obligado Arturo Herrera a repensar los presupuestos
multianuales con tal de no frenar de diciembre a marzo el gasto como sucede por
tradición con resultados nefastos para este 2019 como los pasados sexenios
negados a aceptar los programas encabalgados año con año. El voto de la CEPAL
por el crecimiento mexicano otorga certidumbre a una economía creciente
en inversión externa y de exportaciones, más la solidez de su moneda. Como todo
primer año de sexenio, la Cuarta Transformación ha arrancado a lomo de un gobierno
reumático y que hizo que el presidente López Obrador reconociera que se podría
ir a mejores ritmos como los que hay en ínsulas agroexportadoras, IED, remesas,
freno a la caída petrolera, valuación de peso y el lugar tercero como nación
global favorecida en el comercio con Estados Unidos debido a la crisis de Trump
y Jinping.
El músculo de la Cuarta Transformación en el evento del Zócalo de la
CDMX, es el refrendo al mandato moral que sobrepasó los estándares que como
oposición señoreaba López Obrador: son más los mexicanos convencidos este año
por la estatura de Estadista del Presidente de México, que aquellos incrédulos
de su eficacia juarista opositora en los pasados dos sexenios.
En Palacio Nacional se
apersonaron esta misma semana, los añejos conservadores para abrazar la generosidad infinita de
López Obrador; esos recalcitrantes hombres del capital ahora repiten que
ningún ejemplo de administraciones cercanas se empareja al hecho de la
restitución republicana del ejercicio del poder como el del presidente López
Obrador.