ZÁNGANOS CON "Z"




ZÁNGANOS CON “Z”

AL PUEBLO LO ROBADO

 

Vladimir Rothschuh

 

La presidenta Sheinbaum es la figura histórica mexicana con la más alta votación presidencial elegida en las urnas y con la más elevada aprobación social que legitima su mandato popular. En cualquier sistema presidencialista quien preserva el vértice superior de la pirámide del poder es la Presidenta o el Presidente, no importando aún cuan deslegitimado se encuentre como es el caso de Trump alzado en figura mundial por su guerra comercial y pacifista en Oriente Medio pero de cuyo libro negro nadie quiere acordarse. La Presidenta de México con más de 60 millones de votos y con el 80 por ciento de aprobación continua a lo largo de su mandato, adquiere una titularidad doméstica y regional que está muy por encima de las coyunturas procreadas por fuego amigo y ajeno. En torno a la marcha de la Generación Z y del asesinato de Manzo se le ha tratado de crear una bruma quimérica en la que asoman cabezas de la oposición moralmente derrotada y de impresentables saltimbanquis oficialistas que intentan colgarse en esa circunstancia. La doctora Sheinbaum, conforme al Manual presidencialista no tiene competencias, no tiene pares, no tiene enemigos, no tiene siquiera amigos como para que los auto proscritos derrotados por sus actos contrarios a no robar y no mentir de la 4T, salgan a decirle a la Presidenta que ellos la protegen. La Jefa del Estado Nacional que ha aniquilado personalmente los oropeles de la politiquería y cuya humildad la hace transitar en mares de pueblo, debe sortear con cabeza fría y emoción sincera las ficciones políticas de los otros zánganos de la “Z”.

II- Por usos y costumbres y por ley, todo dinero público no gastado debe regresarse a las mismas arcas de donde salieron, esto es, a la Tesorería. No hay para donde hacerse y el sobrante por mal ejercicio o ahorro explícito, no tiene otro camino que retornar a su origen transparente y público. El equipo de Guadalupe Taddei en Prerrogativas y Partidos del INE, le pidió conforme a trámite al área financiera de Luisa Alcalde devolverle algo así como 350 millones de pesos que le sobraron a los pasados honestos dirigentes nacionales, Mario Delgado y Citlalli Hernández, por sus campañas del 2023 y 2024. Tristemente pero la búsqueda de transparencia y eficacia anhelada por la presidenta Sheinbaum en su iniciativa de reformar el dispendio y la corrupción de la partidocracia, topa con el pésimo ejemplo de algunos dirigentes actuales del partido guinda, negado a regresarle al pueblo, no lo robado, sino lo que le pertenece como bien sentenciaba su autoridad máxima Andrés Manuel López Obrador. La honrada medianía que hoy tiene un nuevo decálogo en el gobierno federal de Sheinbaum y actualizado por Raquel Buenrostro en Función Pública, muestra a su partido brincándose la cerca y huyendo con los 350 millones de pesos ajenos. A manera de romper civilidad y moral, pues fue el equipo económico de Luisa Alcalde ante el Supremo Electoral, a pedir protección para no devolverle al pueblo lo suyo. Por azares jurídicos el caso se lo turnaron a manera de prueba de fuego, al magistrado presidente Gilberto Bátiz, quien salomónicamente le regresa a los Consejeros del INE su palabra definitiva desde el pleno consejal. En ningún instante ha dicho el magistrado electo por ese pueblo que está primero ante todo, que Morena se quede con los 350 millones, como han deslizados gazapos maliciosos, siendo en realidad una pelota bateada, en jerga beisbolera chiapaneca, al terreno del Consejo General del INE. Por ética, por afinidad con la presidenta Sheinbaum, por cierta vergüenza debería corroerles los huesos a los protegidos y promovidas por el indiscutible jefe moral López Obrador, escabullirle al Pueblo sus 350 millones de pesos. Dinero sobrante que de alguna forma habla bien de los liderazgos de Mario Delgado y Citlalli Hernández, que dejaron un remanente de las bien conducidas y administradas campañas del 2023 -2024.