*Feminismo retroalimentado
*Batres entre Ebrard y Monreal
*La reforma del campo
*El Presidente de la mesura
VLADIMIR
ROTHSCHUH
En la Antequera de los Murat y donde el
nepotismo rezuma en la verba criolla
expresada a oídos del presidente López Obrador con sentencias de ‘señor
Presidente, aquí se reparten los parientes, compadres y amigos los puestos
públicos y los medicamentos’, el Jefe de Estado delicadamente abrió su mensaje
contra esa tradición corrupta hasta el carajo, no puede seguir siendo. En
Oaxaca hay gente buena y buenas tradiciones, para ellos el presidente López
Obrador acompañado de Jorge Alcocer, Luis Antonio Ramírez y Zoé Robledo, anunció lo que todos aguardaban con el nuevo
tabulador del sistema nacional de Salud: los galenos mejor pagados de México
serán los de montañas y rancherías. Lo fifí de la profesión médica, el elitismo
hospitalario en las grandes ciudades, los médicos millonarios por servicios
mediocres, comienzan a ver su fin por la humanización de la medicina tal lo
señaló el presidente López Obrador confiándole a Sheinbaum y a Alcocer un nuevo
orden educativo superior sin rechazados y con alta responsabilidad bioética. Sin
balas, sin sangre, sin odio, al régimen lo va desmontando el presidente López
Obrador y se personaliza porque es el Presidente de México el que viene otorgando
la moral republicana contra los Robespierre que se frotaban las manos con el
Termidor de la Cuarta Transformación. Cuánta mesura en esta circunstancia salva
por completo la magnificencia de la obra transformadora y pacifista. No sin que
ello ciegue al presidente López Obrador frente a la reacción de derechas e
izquierdas entonces Realistas en la Independencia, conservadores con Juárez y
reeleccionistas en la Revolución. Desde esa Antequera donde el nepotismo
señorea, el presidente López Obrador devolvió la mirada a los sectores menos
favorecidos por el lucro de la industria farmacéutica y alimentaria cuya
paradoja es la ausencia de médicos, infraestructura y medicinas, sin que falten
las Coca Colas y las Sabritas. Y de allá regresó Jorge Alcocer con el nuevo
tabulador palomeado por el Presidente de México en pos del equilibrio de buenos
médicos, buenos salarios y buenos nosocomios, porque la paradoja encontrada por
el presidente López Obrador en el sistema sanitario fue que el neoliberalismo
creó 80 hospitales como 80 museos de reliquias.
Recién hizo una promesa Víctor Villalobos,
bajo la Cuarta Transformación, el agro y el campo mexicanos tendrán su reforma.
Es un anuncio fuerte porque desde el salinismo la traición neoliberal dio comienzo y se mantuvo durante los
restantes sexenios, es el momento de regresar a los principios que dieron
origen al tercer pilar histórico o tercera transformación que tanto conmueve al
presidente López Obrador. En tanto se cocina la reforma agraria, Víctor
Villalobos ha tenido que hacer mucho con lo poco que le organizó el salinismo a
través del concuño hacendario en el 2018 y cuando el ex partido de Estado
sufría su derrota. 67 mil millones de pesos es el presupuesto más bajo de la
historia de la década para la Secretaría de Agricultura, con esa cifra se la ha
tenido que ingeniar el proyecto transformador del presidente López Obrador y la
reingeniería agropecuaria de Villalobos; en vísperas está el real presupuesto
de la 4T y que confrontó al Primer Mandatario con Urzúa hasta llevarlo a su
renuncia por absurdas identidades neoliberales. Para el 2020 aguarda Villalobos
más recursos para el campo, llegando a esas fechas bajo un nuevo modelo de
trabajo que ha permitido acabar con el coyotaje, el intermediarismo de
organizaciones y el eterno chantaje que
el presidente López Obrador considera otra manera de huachicoleo de la mafia
verde o rural; y si pudo vencer la 4T el negocio de las gasolinas robadas, ya
avanzó por vía directa con los pequeños agricultores como sucedió en Guerrero
con el fertilizante. La reforma del campo aguardada y urgida durante cuatro
sexenios, la ha desempolvado Víctor Villalobos.
Vuelve a encontrarse en medio del cuadrivio el
senador Martí Batres: como años atrás cuando entró en conflicto por criticar a
su Jefe de Gobierno Marcelo Ebrard, acusándolo de traidor por mantener una
relación institucional con quien le había robado a López Obrador la Presidencia
de la República, pues nuevamente aquella anécdota se repite con el senador
Monreal. Y lo reiterativo de ambas situaciones es que Marcelo Ebrard habló
antes con López Obrador sobre Batres y obtuvo el visto bueno para removerlo del
encargo; Monreal también consiguió el respeto democrático del presidente López
Obrador a través de una consulta que evitaría un Bonillazo y contaminante del espíritu
anti-reeleccionista de la Cuarta Transformación y sustento maderista. Las respuestas
virulentas de Martí a su derrota en las urnas queman las naves no solamente en
el Senado sino también en el gabinete presidencial, porque de tener injerencia el
Presidente de México en la vida interna del Senado, habría intervenido sentando
un mal precedente a su propuesta de Revocación de Mandato que la Cámara Alta
deberá sacar pronto y con Batres reelecto el tiro definitivamente era de
gracia. La visión cortoplacista del entonces Presidente de la Mesa Directiva le
impidió negociar sus futuros con sus adversarios, pero se aferró a las
diferencias de su grupo de interés tomando como suyos los temas de Polevnsky,
lo que aventura contar con un as en la manga de su camisa porque tiene destino
entre ellos yéndose a dirigir el Comité Nacional de Morena, no obstante el
doble revés que representa su karma político, como el hecho de tener que
enfrentarse a la alianza de Ebrard – Monreal por la dirigencia partidaria.
Con Claudia Sheinbaum, siendo la primera Jefa de
Gobierno electa en las urnas (Rosario Robles fue designada por el ingeniero
Cárdenas) y con la primera procuradora
de justicia, Tina Godoy, no es extraño
que la agenda feminista haya ido más allá con la violencia física en una
exaltación nugatoria de sus valores. ¿Cuánto ha tenido qué ver la Estafa
Maestra en los incidentes violentos del feminismo chilango? Las respuestas
están del lado gubernamental y hasta del bejaranismo pasando factura a nombre
de la 4T con la maledicencia del fuego amigo. La coyuntura resultaba
maravillosa cuando en un primer comienzo Sheinbaum amenazó con la respuesta
legal contra quienes violentaron espacios públicos e históricos, pero
afortunadamente algo le olió mal a la Jefa de Gobierno y dio la media vuelta en
lo que algunos, o como dice el presidente López Obrador, el conservadurismo
paladeaba como el primer revés de Sheinbaum contra las de su género. El presidente
López Obrador por la única que suele meter las manos al fuego es por la Jefa de
Gobierno, quizá por razones familiares, quizá porque le tomó cariño a la
Jefatura, en fin, no pudo menos que celebrar la cordura y el tono común por
haber evitado Sheinbaum la represión contra las feministas ciertas o inciertas.
Los eventos violentos quedaron como una
insatisfacción compartida por la autoridad de la CDMX, ninguna de las
provocaciones alcanzó el tono de la venganza para quienes hacían cuentas
alegres contra la represión morenista; la flexibilidad no quebró a Sheinbaum en
el error de criminalizar la demanda de justicia contra el machismo policial; y
esto es lo significativo de la retroalimentación: ahora serán los colectivos de
mujeres quienes capacitarán a las corporaciones haciendo formar parte a dichas
agrupaciones de los resultados, como a los uniformados de sus consecuencias mal
aprendidas. Los problemas de las mujeres los abraza Sheinbaum como suyos, un
aprendizaje acelerado para quien se encuentra entre los prospectos al 2024.
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