Vladimir
Rothschuh
La
docena de posibles razones por las que la Presidenta de México descarta el
fenómeno de Kast en nuestro país: a) el
sistema político mexicano tiene 500 años; b) la transición democrática con Fox
fue transada; c) no existe en México la
derecha; d) como tampoco existe la izquierda inmoderada; e) el Ejército a
mediados del siglo pasado institucionalizó sus ambiciones; f) nuestro sistema
electoral no es de dos vueltas; g) el reparto de la ayuda social vacuna al
menos para un sexenio más la permanencia del progresismo; h) nuestro sistema
partidista es una arraigada posdemocracia; i) la milicia reafirmó en el 2000
aquello que los chilenos llaman panóptico del establishment; j) la vecindad con
el imperio gringo; k) el fracaso de Boric es el éxito de Sheinbaum.
II- En
el paquete de propuestas que recibió Guadalupe Taddei a nombre de la Sociedad
Civil, se acumularon todas las inventivas posibles e imposibles que se les
ocurrió a los anónimos abajo firmantes. Como dijeron los consejeros que
rechazaron el primer movimiento presentado como propio, es decir, el resumen de
propuestas ajenas al Instituto, pues que ordinariamente contravenían todo
sentido legal y común. Así lo que más resaltaba entonces en dicho paquete
recibido, fueron algunas entelequias, siendo la más brutal, una que brillaba por su
vidrio molido: que la presidenta Sheinbaum acelerara su salida de Palacio
Nacional, pues fue un error de los posrevolucionarios ampliar a seis años el
mandato del ejecutivo federal cuando funcionaba muy bien los cuatrienios. O
sea, que en la reforma presidencial, la Presidenta se adelante a amputarse una
pierna achicando su mandato. ¿De parte de quién fue esa bajuna iniciativa de
cobrarle venganza a la Jefa de Estado por emprender una reforma que acabe con
el nepotismo, la reelección, las subvenciones exageradas y el burocratismo
desmedido? A nadie agradó, ni agrada, esa misoginia, porque de machitos hemos
visto respingar a más de uno en la Cámara de Diputados, de Senadores y en la
Conago además, siendo ahora escudados de incógnitos, apelando a la ingenuidad de
Taddei como mensajera del INE o apuntando a la miopía en Rosa Icela. Queda
visto que lo atractivo de la reforma electoral es toda la rabia y malestar por
la pérdida de privilegios suscitados en el afloramiento de los fuegos fatuos en
ese pantano de intereses pútridos.
