Vladimir
Rothschuh
Cuatro ediciones de Original México prometió la presidenta Sheinbaum en noviembre del año pasado y Claudia Curiel ha emprendido la tarea de fijar tres sedes más después de la CDMX y que serán Mérida, Oaxaca y Tijuana. Esta ciudad fronteriza adquiere un valor geocultural en la nueva coyuntura marcada por Trump que ha criminalizado la frontera mexicana mientras la presidenta Sheinbaum ha ido desgranando día a día los beneficios que atrae la asociación comercial y que supera las patologías de los estadunidenses por el consumo de drogas. Claudia Curiel denomina a Tijuana epicentro cultural de la frontera norte, debido a que el CECUT facilita la vinculación de creadores y proyectos de México y Estados Unidos. En este contexto Original México fomentará la comercialización directa de las creaciones artesanales, respetara vínculos entre creadores y comunidades originarias. Con Marina del Pilar Ávila la titular de cultura federal fue más lejos signando convenios en la promoción artística y cultural originaria y de los pueblos afroamericanos. En estos últimos ha puesto énfasis la Presidenta de México, como lo manifestó Alfonso Suárez del Real con el decreto del 14 de febrero en que se declaró esa fecha religiosa también como el “Día del Aniversario Luctuoso del general Vicente Guerrero, primer presidente afromexicano”. Refrescar nuestros umbrales afrodescendientes connota otras verdades sobre la originalidad mexicana que mucho antes que Obama tuvo un mandatario de piel oscura con Vicente Guerrero y que en el presente rebosa con la primera Jefa de Estado de América del Norte, ante los fallidos intentos de Hillary y de Kamala. Nuestra originalidad refrenda la presidenta Sheinbaum también es política, electoral, democrática y ni qué decir sobre nuestra cultura originaria. Así la perspectiva de la presidenta Sheinbaum haciendo a Tijuana un nuevo espacio cultural para oportunidades comerciales con California, consecuenta su vinculación personal como estudiante de postgrado, acerca de su hermana viviendo ahí o que sea California un santuario para los migrantes mexicanos. Insiste la presidenta Sheinbaum que nuestra historia común supera las circunstancias de un pasado imperialista nutrido más tarde por una geografía y cultura abundantes, tal apunta la edición de Original México en Tijuana.