Vladimir Rothschuh
Entre las virtudes de la presidenta Sheinbaum sobresale una que la aleja
de los políticos tradicionales, prometer y cumplir a la brevedad. No
procrastina, no ralentiza y su perfil está más cercano al de la científica
atendiendo la agenda de gobernanta. Y en ese mismo sentido se define a los
colaboradores suyos que atrajo del gobierno de la CDMX que le supieron
responder y hoy son eficaces conforme el desempeño presidencial. Claudia Curiel
ha resuelto en estos tres meses todos los pendientes y los compromisos futuros: el conflicto
estudiantil del Conservatorio en dos semanas lo remedió; las propuestas culturales
de campaña de la Presidenta adquirieron fisonomía en ocho semanas con el nuevo
programa curricular de la educación artística que desactualizada por décadas permaneció
en el limbo en que la dejó Conaculta. Asimismo en esa inmediatez, Curiel de
Icaza logra que Original México ya cuente
con 500 millones de pesos para consumar los promesas de la presidenta Sheinbaum
a los colectivos de comunidades indígenas dedicados a la manufactura y diseños
de textiles y artesanías. También recibió Curiel de Icaza un Fonart anquilosado
en los modelos neoliberales apropiativos de que las artesanías son mercancía y
deben venderse a precios elevadísimos como obras de arte únicas. Nuestras
etnias son trabajadoras, creativas y lograron sobrevivir a la flojera de los
gachupines como a su apropiación cultural, solamente una geografía nos supera
en laboriosidad y es la asiática. En la reciente feria artesanal del zócalo la
mayoría de los productos eran revendidos
y los pocos originales estaban la
mayoría en costos de 20 mil y 50 mil pesos, que para el carácter popular del público
asistente y del utopismo de Brugada, esos precios no los representaban. Las mismas
mercancías en la Ciudadela, los turistas extranjeros las conseguían a mucho
menor importe. Si los asiáticos dijeran que sus obras valen cientos de dólares,
sus economías no serían de las primeras en el mundo. La inversión de la
presidenta Sheinbaum por 500 millones de pesos no deberá ser dinero en saco
roto, malversado por las burocracias, puesto que pervive una gratuidad que
señorea nuestra vinculación histórica con las etnias y que las sumerge en pobreza, todo por la triste herencia de la
caridad católica y del feudalismo permanente. Lo opuesto no es vender en la
óptica clasista de Fonart, que no produce más bien intermediariza, sino en la de
nuestros competidores reales los asiáticos cuyas artesanías inundan todos los países y desplazan por precios,
creatividad y calidad a los productores locales. Y no será con elevados montos,
ni con proteccionismo arancelario que vamos a relanzar a nuestras culturas
originarias, sino compitiendo más allá de nuestras fronteras con el soporte de
Relaciones Exteriores y Economía, como lo hacen los comunistas chinos. Original
México con la perspectiva educacional de la presidenta Sheinbaum y formativa
universitaria de Curiel, eclipsará a la “Aldea de Tolstoi” creciendo también
hacia los lados como multiplicador del saber ancestral y aventajando el
comunitarismo de la oralidad de su magisterio.