LA UNAM EN LAS CALLES DE USA

 



 

Vladimir Rothschuh

 

Las protestas universitarias en los campus de Estados Unidos contra el genocidio en Palestina abonaron las campañas de Kamala Harris y  de Donald Trump: el margen entre ambos luego de las urnas reveló un país dividido y con escasa legitimidad hacia el nuevo inquilino de la Casa Blanca. La convocatoria universitaria binacional del rector Leonardo Lomelí, que busca acompañar las medidas de la presidenta Sheinbaum y del canciller de la Fuente en beneficio de nuestros paisanos amenazados por las deportaciones masivas de Trump, dibujan un horizonte sorprendente en el trabajo conjunto de la Máxima Casa de Estudios y la Presidencia de la República, luego de las vivencias universitarias gringas a favor de Palestina. El rector anunció más acciones para afianzar, desde México y a través de sus sedes en Estados Unidos, a nuestra población migrante en ese país. De esta manera “la UNAM ratificará su compromiso con la nación y con la defensa de la dignidad de las personas y los derechos humanos, sin importar su situación migratoria”. Movilizar a los universitarios en México no será difícil, convencer a los progresistas de las universidades gringas se torna llamativo en seguida de las protestas universitarias a favor de Palestina. Ningún Canciller mexicano, ningún Rector de la UNAM, había apostado tan alto para llevar a las calles norteamericanas las violaciones graves anunciadas por Trump y protegidas por cortes internacionales y en los principios de las Naciones Unidas, donde Juan Ramón de la Fuente pasó cinco años trabajando un breviario fraterno por los mexicanos. Reclamar sus derechos históricos, afianzar su contenido laboral y financiero  a favor de la economía estadunidense, son los valores enaltecidos por el rector Lomelí a la comunidad mexicana: no están solos. Cooperación y no subordinación no es más una frase común en el discurso de la presidenta Sheinbaum, los unamitas la elevan a lábaro de lucha en los campus universitarios de Estados Unidos y mexicanos; la segunda vuelta de Trump no será en términos semejantes a los que tuvo con Luis Videgaray y Marcelo Ebrard dispuestos a la subordinación penosa para nuestro juarismo de respeto entre Naciones. Ese Trump que pisó filibusteramente Los Pinos con Peña, que humilló a Ebrard muchas veces, hoy es un ex convicto a quien nuestras leyes le prohíben acercarse a México, además de ganarse a pulso el desprecio de Europa, Asia, África y Latinoamérica, en tanto el multilateralismo de China y Rusia avanza geopolíticamente por todo el planeta. El rector Lomelí moverá a favor de nuestros migrantes, a la  UNAM en sus sedes de Estados Unidos y el ex rector De la Fuente mantiene en vigilia a los consulados, entretanto, la presidenta Sheinbaum guarda sus cartas y nutre una autoridad internacional de primera fila. En América, la Presidenta de México es la mandataria que ocupa el primer sitio del ranquin regional y a nivel mundial es la número uno rebasando a Narendra Modi. El escenario se muestra enteramente favorable para México y los migrantes (sin distingos de origen) en Estados Unidos, cada acción mexicana indudable eslabonará réplicas continentales.