HUMANISMO MEXICANO EN LA OEA

 



 

Por Vladimir Rothschuh

 

La presidenta Sheinbaum ha ido liberando a cuentagotas los acuerdos alcanzados con Gustavo Petro en su reciente visita a Palacio Nacional: extender el TMEC a Sudamérica, visados flexibles a colombianos decentes, flujos a simpapeles y ahora, una mujer a dirigir OEA. Colombia logró llevar a Almagro a los Estados Americanos, lo que restringe a dicho país repetir consecutivamente, no obstante que haya sido Duque el que cobijara la manzana podrida de Almagro y adverso a los intereses progresistas de la región. El Humanismo Mexicano de la 4T rechazó el linchamiento de Petro a Venezuela y Nicaragua. El horizonte gira un poco a favor de México siendo esa mujer a dirigir la OEA, la carta de la presidenta Sheinbaum en la apreciada y reconocida Alicia Bárcena, con amplia usanza en esos multiorganismo y con estupenda relación en el bloque de mandatarios de izquierda que gobiernan el Cono Sur. La ruta de sustituir a Esteban Moctezuma por un operador diplomático de destreza, relaciones y estatura para enfrentar y sortear al dreamer cubano Marco Rubio con la oferta de Petro de que una mujer alcance la OEA, allana otro camino  a la  ex canciller con una postulación masiva latinoamericana que contenga los extremismos de Trump y Rubio. Esto es, a todo aquello que signifique progresismo en la región, salvo que esa izquierda vuelva a arquearse apoyando a la derecha venezolana auspiciada por Rubio desde Miami sin que Lula, Boric y Petro repararan compartiendo con Milei y Boluarte los daños a Cuba, Nicaragua y Venezuela. El Humanismo Mexicano desaprobó las demandas retorcidas de Chile, Colombia y Brasil a favor de los aliados de Marco Rubio en Miami contra el triunfo comicial de Maduro; la presidenta Sheinbaum no es el envés del proyecto transformador mexicano para servir de peón en las estrategias contrarias del BRICS hacia el TMEC y la determinación soberana de los pueblos de Cuba, Nicaragua y Venezuela. No puede olvidarse que el fracaso de Alba contra la OEA se debió a los egocentrismos de Lula, Petro y Boric sobre el legado de Chávez que no le reconocen a Maduro y no le reconocerían a Díaz Canel de no ser por la existencia de Raúl Castro. Y con Nicaragua el tema no es menor, debido a que no han podido con ese innovador socialismo cristiano: el sandinismo tiene mejor economía que Chile y Colombia, escasa corrupción, extensa protección social y cero asociaciones del narco con la política.  Los itinerarios de la presidenta Sheinbaum para el arranque del 2025 con Bárcena y Moctezuma, no excluyen asentar a Marcelo Ebrard en Estados Unidos debido a su vinculación como ex canciller con el yerno de Trump y como ex operador de los Clinton – Obama en el 2016. El liderazgo político de Latinoamérica lo conserva México, los indicadores globales de la popularidad de la presidenta Sheinbaum fueron percibidos en la pasada cumbre de los países ricos en Brasil y el tratamiento apoquinado que le dio el pequeño  Lula a la crecida figura internacional de la Presidenta de México.