Vladimir Rothschuh
La
presidenta Sheinbaum es la mujer que hace historia en América del Norte y
Donald Trump no se ha quedado atrás reconociendo el rol de la mujer. Susie
Wiles será la primera mujer en ocupar el cargo de jefa de gabinete en la Casa
Blanca. La Presidenta de México mantuvo una plática telefónica amena con Trump,
su canciller Juan Ramón de la Fuente ha sido un buen fusible, lo que abre la
posibilidad de que vaya a la toma de posesión luego de los halagos de Trump al
ex presidente López Obrador. Muchos notaron el giro de la estrategia
diplomática del canciller De la Fuente, haciendo que la presidenta Sheinbaum
saliera pronto a felicitar el triunfo republicano. Con Susie Wiles busca
revertir Trump su historial y enmendar los errores de su primer gobierno, así
como de su campaña presidencial. Frente a un México gobernado por una mujer
Presidenta, frente a una competidora electoral políticamente correcta, Susie
Wiles es la ironía de Trump al electorado gringo que rechazó a una candidata
para la primera magistratura nacional y ahora él distingue al género como no lo
hicieron los votantes y personalmente no lo hizo en su primer periodo
presidencial. Curiosamente es con Trump cuando se acelera la revolución de las
mujeres y cuando el especismo fue derribado de las plazas públicas. Frente a
esos errores, regeneró en México un gobierno feminista y antirracista
encabezado por el presidente López Obrador, éste se volvió paradigma
internacional que hizo historia y cuyo legado de segundo piso encarna la
presidenta Sheinbaum. El primer gabinete del presidente Trump fue de disparidad
masculina, las ministras de transporte y educación fueron las dos únicas
mujeres designadas y relevadas a continuación como sucedería con todo su equipo
lleno de disputas, miedos, voracidades y traiciones. El primer equipo de Trump
reflejaba las emociones de su Presidente desequilibrado y oscilante entre el
binarismo de pruebas y errores típico de su estilo empresarial. Como Jefa de
Gobierno, Claudia Sheinbaum, fue parte activa de dichos momentos removiendo las
estatuas del especismo, y en ese momento, Susie Wiles formó parte ese ciclo
errático de Trump manteniéndose dos pasos atrás para conservar dicha
perspectiva inclusive en esta campaña presidencial debido a la costumbre de
Trump a deshacerse de sus colaboradores con facilidad. La aceptación de Jefa de
Gabinete entraña un desafío para ella admitiendo cierta madurez en Trump que la
eleva a conciencia pública en las tomas de decisiones de la política interior.
Trump reconoce en Wiles la habilidad de contenerlo sin decirle no, también
representa la honrada medianía que ninguno de equipo constituye, pues el dinero
no la mueve como acusó Trump a todo sus colaboradores como depredadores que
estaban a su lado por su riqueza. Cuán estable puede estar Trump en su segundo
mandato con una cauda de equívocos que llevaron al planeta a una pandemia, a
guerras comerciales, al Caso Floy, al odio migratorio, a la reducción de
derechos sociales, ahora que decide él mismo romper presuntamente con sus
vicios haciendo de Susie Wiles el rostro de la prudencia y el decoro de su
segundo mandato. Solamente la calidad moral del presidente López Obrador pudo
entonces atajar los excesos vecinderos de Trump que le reconoció a la
presidenta Sheinbaum en su plática y que ahora ella sabrá darle curso
diplomático como una Jefa de Estado fincada en la legitimidad política,
primacía de socios comerciales, economía sólida, revolución de conciencias y la
voluntad ética de una agenda binacional sin exabruptos. El desempeño del ex
rector de la UNAM y canciller Juan Ramón de la Fuente, ha sido crucial para
iniciar magníficamente una nueva época México Estados Unidos en la conexión
personal Sheinbaum – Trump.