INFONAVIT COMO MERCANCÍA
LA CARTILLA MORAL
REDIVIVA
CURIEL: PRIMERO LOS
ESTUDIANTES
SUPREMACISMO Y SCJN
Vladimir Rothschuh
“La vivienda es un
derecho, no una mercancía”, volvió a sentenciar la presidenta Sheinbaum ante la
burocracia y constructores del viejo Infonavit que intentan demoler su
proyecto. Ha notado Romero Oropeza la implantación de la antigua narrativa del
huachicol inmobiliario en la estructura del Infonavit, renuente a aceptar la
integración social de los desposeídos a través de la vivienda social de la
presidenta Sheinbaum hacia los grupos vulnerables que no tienen un patrón y
menos IMSS, lo que añade a los jóvenes que podrán acceder a la vivienda del bienestar
rentando sus departamentos con opciones de compra. La gira de la presidenta
Sheinbaum se enfocó en Los Cabos en la construcción de 500 departamentos para
los eternos marginados del IMSS y del Infonavit, que por carecer de un patrón,
puntajes y cuotas, constituyen la informalidad neoliberal excluyente. Y ahí a
Romero Oropeza entendió el sabotaje o huachicol de esa empedernida burocracia
del Infonavit cuando comenzó a leer un tecno discurso estructurado en puntos,
deudas, intereses, hipotecas, acreditados, derechohabientes, mientras la
presidenta Sheinbaum ahondaba en la opulencia contrastante de la ocupación
hotelera y la miseria de sus trabajadores informales sin derecho histórico a
nada. Habiendo combatido exitosamente al huachicol en Pemex, se equivoca la mafia burocrática del Infonavit con Romero
Oropeza. El mismo sello mantuvo la presidenta Sheinbaum en el aspecto sanitario
dando un vuelco a la rutina que traía el IMSS Bienestar, destacando en primer
plano la Jefa del Estado Mexicano acompañada de pueblo y trabajadores locales
gracias a la percepción rápida de Alex Svarch como nuevo capitán del IMSS
Bienestar, una vez que las bajas pasiones privadas degradaron la Cartilla Moral
de la 4T en lo que ya debía ser el modelo superado del socialismo sanitario
nórdico. La presidenta recalcó en la inauguración del nuevo nosocomio de
Mulegé, tanto a enfermeras como a doctoras y funcionarios del IMSS, que las
puertas y las atenciones son para no asegurados y asegurados pues está vigente
el lema de primero los pobres. El paro estudiantil en el Conservatorio Nacional
de Música puso a prueba la administración de la presidenta Sheinbaum y marcó la
ruta en devenir de las futuras acciones de la Primera Mandataria. Habiendo
otorgado la secretaría Claudia Curiel un margen temporal para atender las
partes en conflicto, la resolución fue vertical: Silvia Navarrete deja la
dirección del Conservatorio y se reintegra a sus clases regulares de piano.
Desagradó tanto en Palacio Nacional como en Chimalistac las medidas que tomó la
maestra Navarrete acudiendo a los medios con respaldos de personajes de la farándula,
activistas y colaboradores, justificando su tarea, echándose loas a sí misma,
sin atender el pliego estudiantil que colocaba como demanda primera su
renuncia. El jueves por la noche Curiel de Icaza juntó a estudiantes y
autoridades evaluando que todo estaba como el 30 de septiembre que estalló el
paro: la obviedad de las demandas y la cerrazón de la Dirección del
Conservatorio. El viernes Alejandra de la Paz daba las gracias a la maestra
Navarrete por contribuir por quince años a la institución y retirarse de la
dirección del organismo. El supremacismo constitucional engendró a la vista de
Adán Augusto otros predominios partidistas en Ricardo Sheffield; el
guanajuatense vinculándose nuevamente con los suyos no vaya a contaminarse del
derrotero de Martínez Cázares desmemoriándose del Movimiento que lo desempolvó
del ostracismo albiazul. Sin embargo, bienvenida es la incorporación de López
Castro a la bancada del tabasqueño. La línea progresista de la Suprema Corte,
Esquivel y Ortiz, le tiende un puente de plata a la ministra Piña con media
docena de prospectos para representar a dicho poder en la selección de futuros
jueces y magistrados que irán a elección el año entrante. Entre ellos se
encuentra Raúl Plascencia, ex titular de la CNDH, que tiene rato criticando el
desarraigo de los impartidores de justicia y la urgencia de acabar con la
corrupción de un sistema aún virreinal.