EJÉRCITO EN SEGUNDO PISO

 



 

Vladimir Rothschuh

 

Los militares le hicieron un guiño a la presidenta electa @Claudiashein durante su segunda gira en compañía del presidente López Obrador, la llamaron por paridad de género lingüístico: Comandanta Suprema de las Fuerzas Armadas. Y la Presidenta lo atendió anunciando la consolidación de la Guardia Nacional dentro de la milicia a través de una de las veinte reformas enviadas por el presidente @lopezobrador_. Sin las fuerzas armadas México no habría consolidado su democracia, han sido las garantes de nuestro republicanismo una vez iniciada la transición en el 2000 y sus sucesivas alternancias. El presidente López Obrador con su formación de la historia nacional percibió inmediatamente que su ascenso a Palacio Nacional merecía aprender del pasado y no repetir los errores positivistas del presidente Madero quien desmembró a los altos y antiguos mandos de la milicia porfiriana, pleiteó con el general Reyes, se echó en los brazos de la falsa lealtad de su falso amigo Huerta, propiciando un foso profundo inclusive con sus aliados políticos inmediatamente alzados en su contra. La historia de México es la historia de la milicia, la Revolución acendró a un pueblo uniformado, como lo denomina el presidente López Obrador, alambicando la primera transición real del país cuando esos militares dieron paso a la civilidad hasta hoy día en que son la fortaleza de las instituciones democráticas, pues han evitado el descarrilamiento del presidencialismo manteniendo incólume la no reelección y moderando el absolutismo impresionista de su clase gobernante. La ruptura prevista entre el primer Jefe de Estado de izquierda y las Fuerzas Armadas jamás llegó. La apuesta del conservadurismo de izquierda y de derecha que rivalizaban por un marasmo nacional como en 1911, fue un fracaso, el Ejército se volvió el mejor aliado de López Obrador y del pueblo mexicano, elevando su ejercicio de poder a un republicanismo impar a nivel doméstico y global. Liquidó @lopezobrador  el mito de las izquierdas mexicanas y latinoamericanas sobre el Ejército como su enemigo; a diferencia de la perversa utilidad presidencial del 68, del Halconazo y de la Guerra Sucia, la Cuarta Transformación puso a los militares a construir las grandes obras y a frenar la corrupción campante de empresarios y burocracias. En el seno de esas magnas manifestaciones estructurales del Corredor Interoceánico, la presidenta electa @Claudiashein retomó la simbiosis del presidente López Obrador y las Fuerzas Armadas prometiendo como Comandanta Suprema, seis años más de desarrollo económico y paz social juntos  desde el Segundo Piso de la Cuarta Transformación.