Vladimir
Rothschuh
Lanzó Claudia Sheinbaum de manera independiente a su segundo anuncio de secretarios tentativos de su Gabinete, la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones. Es el segundo diamante de su administración en la CDMX, la primera fue de Innovación y Ciencias con Rosaura Ruiz al frente, como ahora lo ratifica con Pepe Merino, en la segunda. En ambos casos la Presidenta Electa ha tenido que crear dos dependencias de transición en su futuro gobierno con tal de cubrir sus compromisos políticos de campaña, Rosaura Ruiz debería despachar en la SEP y José Antonio Peña Merino en Economía debido a que son temas de instrucción pública y de plataformas digitales que tienen que ver con las Pymes, IA, e-Commerce, Nearshoring, Bitcoin, Blockchain, Fintech, Big Data y Ciudades Inteligentes. Plataformas retrasadas en nuestro sector comercial, urbano y financiero que desde el Gobierno de la Ciudad de México gestionó la Jefa de Gobierno con su Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones. Parte de ese arcaísmo lo expresa @Claudiashein en la austeridad de su futuro gobierno adelantando dos áreas que habrán de asimilar los elefantes blancos de las Secretarías de Economía y de Educación. Antes la Presidenta Electa deberá cumplir su palabra amarrada en los pactos de campaña con sus competidores. Mientras llegan a cumplirse dichos tiempos Rosaura Ruiz y Pepe Merino deben ir alistando la reingeniería de sus ámbitos porque ni el Conahct, ni Economía deben estar separadas de la SEP ni de Hacienda pues son sub áreas de sus desempeños aunque originalmente Fomento Industrial se remonte hasta el porfiriato y vaya sufriendo cambios a lo largo del siglo pasado y éste, cuando la elevaron a “economía”, circunstancia que palpó innovadoramente Tatiana Clouthier en las negociaciones del TMEC. Ahí calza el interés de que la presidenta electa Claudia Sheinbaum retome el programa de Al Gore sobre “Un gobierno más efectivo y menos costoso” compactando lo que el presidente Andrés Manuel López Obrador proyectó al desaparecer infinidad de fideicomisos innecesarios o de funciones duplicadas que despilfarraron miles de millones conforme a la lógica del pandillaje conservador.