JUAN EL DISCRETO

  



 

Vladimir Rothschuh

 

Lleva en sí el nombre del pregonero bautista pero el canciller De la Fuente viaja en sentido inverso con una discreción que conmovió a la candidata Sheinbaum y lo hizo su operador estrella entre el empresariado, entre los intelectuales, entre sindicatos,  entre medios y periodistas, entre las encuestadoras y en la agenda exterior. El team original de la doctora Sheinbaum  quedó sorprendido ante la eficacia del ex rector de la UNAM, lo llamativo era lo prudente, afable y suave de sus maneras representando aquellos tiempos iniciales del zoon politikon que discurría en pantuflas por los meandros del poder. Llegó a trabajar De la Fuente para la candidata Sheinbaum, no abrazó el síndrome del figureo que ridiculizó a demasiados y hoy se deshacen en el fuego de su propio candelero. Igual que la doctora Sheinbaum ejerce la humildad, supo tragar sapos y culebras cuando lo exiliaron a las Naciones Unidas dos temerosos secretarios del gabinete del presidente López Obrador, sin vislumbrar que el tiempo es una espiral de eterno retorno y aquí está de nuevo De la Fuente sumando y juntando la diversidad y la pluralidad en el Segundo Piso de la Transformación. Si como operador político, económico, intelectual, diplomático y sindical en la campaña de la doctora Sheinbaum nunca perdió los estribos, mucho menos ahora como Canciller rebasó a la Presidenta Electa haciéndose pasar en los medios y las redes donde noexiste, superior a ella. Este es el Frankenstein del patriarcado que perseguirá como sombra histórica a la doctora Sheinbaum con los que la llaman “señora”, con los que babean sus mejillas, con los  intimistas mundanos que le dicen Claudia,  que definitivamente deben llegar a su fin, si no ahora, el uno de octubre con la Presidenta Constitucional de la República. La discreción del canciller de la Fuente coincidió con el estilo particular de la candidata Sheinbaum: humilde, sinuoso, descafeinado y proactivo frente a las oportunidades de cada desafío para hacer crecer exponencialmente a la primera Presidenta de un país dominado por ginefobia, misoginia, machismo, sexismo, desigualdad, inequidad y anti paridad a lo largo de trescientos años de colonialismo y doscientos de repúblicas. Juan Ramón de la Fuente entonces engarza en la visión poliédrica de la doctora Sheinbaum elevando a Gaia a matriz política como es el reclamo inteligente de cientos de mujeres a lo largo de Occidente. Ayer mismo, el canciller De la Fuente abrió silenciosamente la agenda común con el secretario Blinken sobre migración, fentanilo,  economía, energías y cambio climático. Y de su encuentro con el jefe de la diplomacia norteamericana aquí nada se supo por Néstor Martínez, sino que fue el vocero Matthew Miller, quien publicitó lo que el doctor De la Fuente manejó a la sombra de su discreción política respetando las formas y fondos de la transición para bien de su presidenta electa y del presidente López Obrador.