LÓPEZ OBRADOR: HAMÁS DE LOS JAMACES

 



 

Por Vladimir Rothschuh

 

El presidente López Obrador atajó los manoseos de la cancillería chilena que hizo parecer que el acompañamiento  del Estado Mexicano en la Corte Internacional era un respaldo a Hamás. López Obrador percibió letargo o maledicencia camachista en Relaciones Exteriores y tuvo que salir a explicar personalmente que México no apoya ningún genocidio como el de la extrema terrorista, (que no el pueblo de Palestina) masacrando niños, violando mujeres y secuestrando ancianos, en el peor exterminio judío luego de Ramsés II y Hitler. Amparaba menos el presidente López Obrador a la extrema derecha gobernante de Netanyahu (que no el pueblo de Israel) en su ojo por ojo de tierra arrasada que complace al terrorismo de Hamás y sus pares en Irán o Yemen. El presidente mexicano desaprobó las acciones bélicas de Putin en Ucrania, propuso un plan de paz sumando al Papa y Narendra, donde cuestionaba a la ONU por su pasividad y que Zelensky rechazó por quebrar su histrionismo de actor venido a estadista. Los vínculos del líder de la Cuarta Transformación con Chile los confundieron en el equipo de Boric, México descree de una izquierda asesina cuyos cabecillas son unos fantoches dándose la gran vida en Catar y Dubái  mientras el pueblo de Gaza pone a los muertos. El presidente mexicano desacreditó las mentiras de la prensa gringa y europea que formó parte de la masacre del 7 de octubre y, de ninguna manera otorgó beneplácito a la incapaz Corte Internacional,  habiendo prestado la ONU  hospitales, ambulancias y escuelas en Palestina para el terrorismo. El Jefe de Estado número dos en el mundo,  difícilmente ofrecería cobijo por ética propia a las infamias políticas que dominan los Señores de la Guerra en Rusia, en Estados Unidos, en la Unión Europea, en Israel, en Palestina o en Irán. El documento de la canciller Bárcena entregado a la Corte Internacional pide un alto al sinsentido de la guerra mutua y también que se condene la masacre de mil 500 judíos inocentes perpetrada por Hamás. Penosamente los chilenos hicieron de las suyas tergiversando el acompañamiento superior y moral del mejor gobierno del mundo que encabeza la Cuarta Transformación. Tristemente es el estilo de la administración de Boric, inestable, desorganizado, malqueriente: invitado por Ebrard a México perdió las maneras y dijo que estaba en el país feminicida por excelencia de América, y hoy que los capos del narco dominan Chile como lo hacen en Ecuador, culpa a los aztecas de la falta de seguridad  pública. La cortesía mexicana no ameritaba, ni amerita en adelante, buscar mancuernas en la ONU para exigir lo que en los hechos diarios López Obrador ejemplifica con su administración gubernamental. Boric se ha cobijado  a la sombra del segundo mejor estadista del mundo, también las izquierdas latinoamericanas se arropan con López Obrador como lo hace Biden e hizo el derechista Trump. Para todos hay, dice el Jefe del Estado Mexicano: poquito pero bendito. El equívoco es imaginar que son pares y de eso se encarga él mismo atajando los manoseos diplomáticos.