*El nuevo Graue
*Sucesión sin tapados
*UNAM en post normalidad
VLADIMIR ROTHSCHUH
A tres semanas de la consulta sobre
los ex Jefes de Estado, el presidente López Obrador vuelve a colocar las
decisiones del pueblo como la estrella de la corona de su mandato, la regla es
que la gente va a decidir como sucedió el seis de julio, en la consulta de este
uno de agosto, en la revocación de mandato del 2022 y la de Jefe de Estado del
2024. Sobre la sucesión presidencial el primer mandatario abrió el abanico con
preeminencia de género destacando a Sheinbaum, Clouthier y Nahle y al canciller
Ebrard, más dos comodines, el embajador Moctezuma perfilado tiempo atrás por la
Jefa de Gobierno y el otro es el embajador ante la ONU y ex rector de la UNAM
muy próximo a Ebrard. El presidente
López Obrador determina que “Todos
tienen posibilidad (para aspirar a la Presidencia). Ahora sí que ya no hay
tapados, yo soy el destapador y mi corcholata favorita va a ser la del pueblo,
esa es la regla. La gente va a decidir”. En fechas recientes el líder del
Senado, Ricardo Monreal, al verse fuera de la selección del presidente López
Obrador alzó la mano y se metió a sí mismo en el rejuego sucesorio una vez que
instaló a su hermano en la gubernatura zacatecana. El canciller Ebrard aceptó
responder a sus seguidores y dar gratitud al presidente López Obrador ya por
hacerlo sucesor en la CDMX y ahora encartándolo en la baraja sucesoria. Los
espaldarazos populares que ha venido recibiendo la Jefa de Gobierno, la
llevaron a curar el 2024 en el marco de las inmunizaciones atrayendo del ámbito
del Senado de la República de Monreal y de la ex Secretaría de Desarrollo
Social de Ebrard a Martí Batres. El nuevo titular de Gobierno de la Ciudad de
México es un operador político que conoce de cerca los estilos del canciller
Ebrard y del senador Monreal evitándole sorpresas Claudia Sheinbaum en los
próximos dos años y acelerando la unificación de intereses entre el Senado y
Relaciones exteriores como sucedió con la candidatura de Salgado Macedonio y el
achicado del Grupo Universidad lo que apunta a estrategias de selección forzada en
la arena política de Morena bajo el liderazgo férreo del presidente López
Obrador.
Enrique Graue es la manifestación de
la nueva normalidad en la educación superior originada por la pandemia. En su
primer periodo de rectorado en la UNAM, el doctor Graue buscó formas todas
presenciales para aliviar el legado estructural de la sobre demanda de nuevo
ingreso. Hoy el rector Graue definitivamente es otro al adaptarse formidablemente a las exigencias de
la educación, investigación y administración no presencialista en la UNAM. Formado
en el paradigma de la educación superior tradicional ahora se revela práctico y
maleable para que las nuevas tecnologías pongan punto final a los rechazados en
la Máxima Casa de Estudios. Graue recomienda a los Millennials adaptarse a las circunstancias y hacer de la
incertidumbre un valor elevado frente a los futuros de los mercados laborales y
del conocimiento. Generacionalmente Enrique Graue asume el rol mental de un
joven que corre riesgos y cada desafío se vuelve una oportunidad. La UNAM que
alcanzó reconocimientos mundiales por su elevado nivel académico compitiendo
con otros campus del primer mundo, finalmente rebasa la timidez de la educación
a distancia con la que tanteó escenarios (coursera) sin tocar lo obvio de los
miles de rechazados. Es formidable que la máxima autoridad de la máxima casa
estudios de México nos diga sentirse seguro de que al superar la pandemia, la
UNAM persistirá en la educación a distancia para acrecentar las oportunidades y agrandar el número de estudiantes también en términos de combinar nuevas
tecnologías con la manera tradicional de educar.