*Nueva Era de Progreso
*Democratización de la cultura
*Biden como Kennedy
VLADIMIR ROTHSCHUH
Nueva Era de Progreso denominó Kamala
Harris a sus acuerdos con el presidente López Obrador, concepto que la acerca
al programa más ambicioso de los demócratas para abolir la pobreza, el hambre,
el analfabetismo y que Kennedy denominó Alianza para el Progreso en conjunción
con la OEA. Las taras sociales de hace medio siglo señaladas por el presidente
Kennedy están vigentes en Latinoamérica tal lo expresa la Cuarta Transformación
Mexicana volteando a ver a 70 millones de mexicanos en pobreza. Atrás dejan el
presidente López Obrador y el canciller Ebrard el timo de América Crece que
intentó vender Trump como liebre ya que se dirigía a exaltar su interés
mercantilista que lo tiene como depredador en el Continente. El gobierno del
presidente López Obrador invirtió millones de dólares en Honduras y El Salvador
sin tener ningún soporte de Trump y menos de la OEA, como lo consiguió Kennedy
en la Cumbre de Punta del Este en Uruguay con tal de frenar la pobreza como
tentación al comunismo cubano. Con Obama y Biden los objetivos se habían mudado
hacia el combate al narcotráfico cual sustrato de la pobreza, migración,
corrupción política y derechos humanos. Aspectos de la agenda que Kamala Harris
signó como acuerdos de alto nivel con el presidente López Obrador en una buena
química personal al compartir ambos una ideología de izquierda. La
región recibirá casi 400 millones de dólares, en 1961 la oferta de Kennedy fue de 20 millones de
dólares. Más allá de las cifras lo trascendente es la voluntad de las partes,
Biden – López Obrador, para fundar en la región mesoamericana áreas de progreso
que retengan a sus poblaciones y amarren las manos de los políticos corruptos. El
presidente López Obrador llamó inteligente a Kamala Harris, fue lejos
pronosticándole un futuro de estadista al ver en ella a la primera mujer y
negra en llegar a ocupar la oficina oval.
Concluida la veda electoral retomó
sus actividades públicas Alejandra Frausto adelantando la segunda fase
transformadora de las acciones culturales del gobierno de México en lo que
denominó la radicalización de la inclusión, diversidad y libertades. La veda
electoral significó para la cultura mexicana avanzar el proyecto Chapultepec,
Naturaleza y Cultura; defender los derechos colectivos, concretar de rehabilitación en Zonas
Arqueológicas aledañas al Tren Maya, así como de la reactivación presencial de
los Semilleros creativos conforme el semáforo en los distintos estatus
estatales. A mitad de sexenio la titular de cultura del presidente López
Obrador dio por concluida la primera etapa cultural del país abocada como Valery a vivir la cultura poniendo en orden
la casa. La Cuarta Transformación del presidente López Obrador ha tocado desde
lo más profundo las funciones culturales redistribuyendo la riqueza cultural,
democratizando el acceso al presupuesto y construyendo desde las comunidades esa
agenda nacional de Fraustro que no ha dejado a nadie atrás.