RAÍCES DE LA VIOLENCIA


 


*Veneno embotellado

*Humildad republicana

* Neoliberalismo y enfermedades

*Sanidad financiera del ISSSTE

  

VLADIMIR ROTHSCHUH

 

La política de la tolerancia y de la no-violencia la expresó magistralmente el presidente López Obrador la semana pasada yendo a recorrer Jalisco y Guanajuato, principales entidades enfrascadas en el crimen organizado y la violencia política orquestada por sus ejecutivos estatales. Por enésima ocasión el Presidente de México ratificó sus compromisos de poner por delante el diálogo frente a esos mandatarios estatales quienes volvieron a probar la humildad republicana de López Obrador que para mal de sus partidos y el bien de sus gobernados, aceptaron la simbiosis necesaria en la unidad federalista. El Jefe del Estado Mexicano no tiene adversarios, ni se los busca, fue elevada la lección política de su gira a Washington midiendo parejo desde el todopoderoso mandatario del Imperio Yankee y los soliviantados gobernadores opositores, hasta los cárteles de las drogas a quienes llamó a evitar más fratricidio como degustaba a la derecha que en el pasado importó los planes colombianos bajo la forma meridiana que aún hoy hace estragos como sucedió con García Harfuch y aquellas armas de Rápido y Furioso. La sanidad que evitó la clase gobernante neoliberal en las aduanas del país, tomó un giro al cortar el presidente López Obrador por la vía castrense los vicios que facilitaban la sinrazón que generaba la corrupción en sus diversas formas. Desandar los adjetivos con los que se rebautizaron a las mulas representadas en niñez y juventud, es lo que orgullosamente expresa el presidente López Obrador como espacio ganado a favor de la paz con la becarización de los ninis dotando a la juventud de futuro. Está cierto el presidente López Obrador que jamás se alcanzará la paz en México si no se resuelven los males estructurales de la pobreza.



Han sido el presidente López Obrador y Jorge Alcocer quienes señalaron los efectos nocivos de la comida chatarra sobre la que descansa la inmensa obesidad de la mayoría de los mexicanos víctimas del Coronavirus. Contra esa otra pandemia nacional de los refrescos volvió a expresarse López Gatell en un Chiapas donde hay poblaciones que carecen de agua potable y deben tomar refresco para asegurarse un líquido presuntamente destilado pero rebasado en colorantes y azúcares. El malestar de la agrupación de refresqueros nacionales por la estigmatización de López Gatell a los embotellados de colores y sabores artificiales, coincide con los amparos que los empresarios de la industria alimenticia tramitaron meses atrás contra los etiquetados frontales. El triunfo de la Secretaría de Salud al fin se conseguía, diciéndole a los mexicanos qué bebían y comían. El presidente López Obrador revivió sus pláticas con Rius y su lucha incansable contra los alimentos procesados que engañaban a los paisanos con denominaciones falsas. En la pandemia actual el Secretario Jorge Alcocer abundó sobre la obesidad como la otra peste que abarca a millones de mexicanos expuestos no sólo al Coronavirus sino al cáncer, infartos, diabetes, males respiratorios y hepáticos. En los pasados sexenios neoliberales se premió a las refresqueras porque apoyaban a Sedesol en sus diversos programas sociales, con lo que la industria del alimento chatarra mataba a los mexicanos regalaba un diezmo para el perdón de sus pecados a través  de las tiendas Conasupo. Muy loable que el presidente López Obrador cabecee la lucha de un México sano junto con su equipo de la Secretaría de Salud, es comienzo del destierro de las simulaciones entre el poder presidencial de antaño y la industria alimenticia. Que López Gatell llame veneno a los refrescos embotellados ofendió a los empresarios del ramo, los millones de mexicanos obesos y enfermos por esas aguas negras edulcoradas, sin embargo, no los agravia. En Italia fracasó la propuesta de la sociedad civil de que cada camión repartidor de refrescos portara el lema “Transporta productos nocivos para la salud”, quizá López Gatell pueda conducir esta cruzada en México y que de alguna manera lidera.



Luis Antonio Ramírez Pineda conforme Ley de Ingreso de la Federación para este año 2020, requirió a la Secretaria de Hacienda y Crédito Público los pagos correspondientes que los gobiernos locales de San Luis Potosí, Baja California y Guanajuato, entre otros, no han realizado al Issste. Son 60 mil millones de pesos por cuotas y aportaciones adeudadas por los gobiernos estatales y tolerados en administraciones neoliberales y que afectan sus finanzas internas. El ISSSTE contempla bajo la 4T una solvencia financiera sana que garantice la operación y administración adaptable a un entorno cambiante y hacia mejores servicios médicos para sus derechohabientes como no se hizo en el medio siglo pasado.

 

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