*Moditos neoliberales
*Más muertos por gripas comunes
*Modelo sanitario nórdico
VLADIMIR ROTHSCHUH
Plausible el anuncio del presidente
López Obrador sobre el aplanamiento de la curva de la pandemia. México ha
logrado vencer un virus mundial y reducirlo a un brote epidemiológico gracias a
las medidas sanitarias y de empatía sociales. Las cifras están a favor del
trabajo del Gobierno de México al afirmarse que la pandemia se redujo a menos
de un brote que año con año afecta a casi dos millones de mexicanos por las
diferentes cepas de Covid y que lleva a la tumba por daños colaterales de
diabetes, hipertensión, infartos, cáncer y afecciones pulmonares, a dieciocho
mil mexicanos. En estos días el presidente López Obrador estará evaluando el
proceso de ‘desescalamiento social’ en todo el país y el retraso impar en
solamente cincuenta municipios de los dos mil quinientos que hay en todo el
territorio. En los resultados de Jorge Alcocer, Hugo López Gatell, Luis Antonio
Ramírez y Zoé Robledo, finca el presidente López Obrador un singular triunfo
sanitario desapegado de los moditos neoliberales que dictan los organismos como el Banco Mundial, el Fondo Monetario y en
especial la Organización Mundial de la Salud, empecinada ésta en aterrorizar el planeta para
convertir al miedo en el factor desencadenante del estrés responsable de la baja inmunitaria
aunada a otros desencadenantes como el mercantilismo de naciones, gobiernos,
políticos y empresarios. El presidente López Obrador inició el año pasado la
transformación del sistema sanitario mexicano apuntándolo en el paradigma
nórdico que tanto anima a Jorge Alcocer y que hoy es ejemplo internacional de
éxito en Europa enfrentando la pandemia sin aislamiento social a favor de
empresas, trabajadores, familias y en especial con niños y jóvenes yendo a escuelas
y universidades. Esta pandemia que ha puesto a prueba el humanismo en el
planeta evidenció los trastornos del modelo económico dedicado a lucrar,
individualizar, rechazar y acumular, en una circunstancia donde debió prevalecer
la fraternidad global. Frente a las estadísticas normales de las gripas comunes
con 18 o 20 mil muertes que año con año atendía el sistema de salud mexicano,
más los indicadores que día a día ofrecen en Palacio Nacional las autoridades
de Salud, ISSSTE e IMSS, combinan conclusiones sorprendentes: México en la pandemia tiene tres
mil 500 fallecidos y 36 mil infectados, cifras incomparables con los brotes
naturales de primavera e invierno que envuelven a dos millones de mexicanos y
afecta mortalmente al uno por ciento y que llevan al sistema de salud a aplicar regularmente 35 millones de vacunas anuales. Este resultado debe servir de espejo en el ámbito
económico en devenir con las respuestas del paradigma de la Economía Moral
asistiendo a las clases medias y bajas, verdaderos eslabones del desarrollo. Al
apartarse el presidente López Obrador de las recetas comunes del neoliberalismo
económico, social y sanitario, México ha podido evidenciar con números que la
tal pandemia resultó ser una campaña mundial amañada y cruel de la miseria de
las élites de poder que reviven lo que en la gran depresión del siglo pasado
fue mezquino privando a la gente de un empleo hasta lo sucio de negarle su derecho a trabajar. El proceso de transformación del sistema
sanitario ha sido encomiable en México y ello hace voltear a Ivan Ilich y su utopía fincada en la
renovación sistémica de los tres órganos de Estado que han pervertido las
sociedades como son a la fecha en todo Estado Nacional: el Sistema de Salud, el
Sistema de Educación y el Sistema de Justicia. Nuestra pandemia achicada a un
brote vuelve a derrotar moralmente al conservadurismo y ofrece el paradigma de
la Cuarta Transformación en la reconstrucción de un nuevo orden mundial. En México
las estadísticas de 36 mil infectados de Covid19 frente a dos millones de
infectados por gripas comunes, más 3 mil 500 fallecidos por Covid19, frente a
20 mil por gripas comunes, arroja que el escándalo mundial es la peor perversión monstruosa
del Capitalismo en toda su existencia. El presidente López Obrador sin cubrebocas, de gira por todo el país y
con sus circulares conferencias matutinas de todos los días acabó por confirmar
esa maledicencia del neoliberalismo. La reconstrucción social mexicana tendrá
que persistir por la ruta inicialmente establecida en el proyecto de país referenciado hoy en sus tres pasadas transformaciones.
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