*Consumismo, manipulación sexista
*Opositores con propaganda de género
*Negociaciones en Lieja
*Insabi, lo que nos une
VLADIMIR ROTHSCHUH
El conservadurismo de izquierda y de
derecha encontró en el feminismo un detonante neutral del odio que no apela a
ninguna ideología y que puede usar a su antojo contra el presidente López
Obrador. La defensa de los derechos de la mujer no suplica a ningún partido
político, es una causa justa que cualquiera puede abrazar y desde el año
pasado se instaló indefinidamente en la agenda de reclamo contra la figura del
Presidente de México y la Jefa de Gobierno de la CDMX. La medida
desestabilizadora que al atender lo emocional colectivo, perfectamente suma infinidad de tendencias como ocurrió con el ambientalismo. En esa ira
colectiva al estilo del manual del Golpe de Estado de Curzio Malaparte, se pueden
ensanchar los causes de aguas revueltas y opacas que impiden dar con certeza en
el origen intelectual de partidos, cárteles, iglesias, empresarios, siendo el
objetivo claro en la desestabilización de un régimen que no se le puede acusar
fácilmente de los vicios comunes que generaba la corrupción. Y hoy lo demoledor
de la agresión emocional son las redes sociales sustituyendo los viejos moldes
con un radio amplísimo de penetración y posverdades. Al presidente López Obrador
nadie puede ponerle en sus labios esta frase que hemos escuchado los pasados
sexenios ‘Las mujeres son como las escopetas, deben estar cargadas y en la
cocina’. Es una sentencia emitida por Acción Nacional que ‘gobernó’ el país
doce años, cuya sentencia misógina es impensable en las dinámicas de
gobierno de la Cuarta Transformación, y sin embargo, esas ideologías de derecha
e izquierda que se mezclaron para ir juntas tras el poder presidencial, ahora
se religan con la lucha feminista reclamada no como justicia sino como
propaganda que utiliza a las mujeres de la misma forma que el sexismo manipuló
el género para el consumo comercial o los misóginos para sus crímenes. Las mujeres
y la niñez van por delante, lo hemos visto a lo largo de la lucha partidista,
guerrillera y del crimen organizado, la debilidad a la cabeza fragiliza el
orden institucional. La peor frase que han podido colocar en boca del
presidente López Obrador sus adversarios es haber señalado al modelo económico
neoliberal como culpable de la anomia que vive el país y que ha recrudecido la
violencia. Cuando la tecnocracia eliminó de la currícula de la SEP la ética, la
estética y la lógica, nadie previó a corto plazo los efectos degenerativos que ocasionaría
en la ruptura del orden social. La restitución de los valores es una empresa
reiniciada por la Cuarta Transformación a través del legado de Alfonso Reyes
con su Cartilla Moral, la ponderación de la honrada medianía juarista en el
vértice máximo de la pirámide del poder nacional, la creación de la Nueva
Escuela Mexicana educando para la vida más que para la afasia social que hoy
nos destruye, transformaciones contra las que difícilmente se puede luchar y de
ahí que se tenga un escenario más flexible con la defensa de las mujeres sobre
la paradoja que el Jefe de Gobierno de la CDMX sea una mujer a la que solamente
se le puede atacar con las astillas de su propio género. La figura moral del
presidente López Obrador es un blanco difícil de erosionar, todos los embates
del conservadurismo de derecha e izquierda emprendidos a lo largo de año pasado
y de éste, han sido superados benéficamente y el feminismo como arma de
violencia política contra la máxima figura de la 4T, conseguirá la misma retroalimentación
en la creatividad de un Jefe de Estado que corona su ejercicio de gobierno en
la llaneza de amor y paz. Los reclamos violentos del feminismo aunque
nugatorios de sí, invocan los tiempos perdidos del neoliberalismo y su crueldad
institucional.
El Pulso de la Salud dio recado de la
visita que Jorge Alcocer e Irma Sandoval hicieron al Hospital Juárez de México
y con buenos resultados con el abasto de medicamentos y que pese a ser de tercer
nivel y con programas plurianuales su administración no ha tenido déficit como
sucedió con otros. A lo largo de la semana el Secretario de Salud demostró sus
habilidades negociadoras, no obstante su alto perfil médico, pues logró que
algunos de los nueve gobernadores remisos, como Silvano Aureoles, abandonara el grupo apóstata y se asimilara al Insabi, lo que en corto plazo permitirá ir viendo
las diferencias entre el viejo modelo neoliberal del Seguro Popular que
enfrenta fisuras como el de Coahuila que riñe ante la escasez de medicamentos tal le sucede con la Vacuna Triple. Sobre la premisa del presidente López Obrador de
privilegiar lo que nos une, Jorge Alcocer mantiene abiertas las puertas de
Lieja porque el Insabi no es cuestión de razones sino de acciones que benefician
a los mexicanos y ahí quedan dirimidas las políticas partidarias.