*Paradigma incluyente
*40 años de olvido
*Salud para todos
VLADIMIR ROTHSCHUH
Cada fin de semana recorrió los
museos hospitalarios de IMSS Coplamar y así los llamó el presidente López
Obrador porque eran edificios que conservaban reliquias que servían para poca cosa, eran piezas de museo
infraestructura y equipos hospitalarios. Lo valioso seguía siendo su gente del
personal médico, enfermeril y pueblo, a todos ellos en más de cien días,
prometió el Primer Mandatario servicios de calidad y en cantidad farmacéutica
suficiente como buenos salarios y la basificación de 50 mil trabajadores que
han esperado por lustros dejar la incertidumbre del empleo. Acompañado del
Gabinete Sanitario que encabeza Jorge Alcocer, un médico al que poco le encanta
el faroleo y se aboca a sus obligaciones técnicas prometidas por el presidente
López Obrador de un sistema de salud mexicano inspirado en el socialismo
nórdico. En ese Gabinete la joven promesa de Zoé Robledo ha resultado eficaz en
sus obligaciones del IMSS luego del patético desempeño de la derecha desacorde
con la 4T pero amamantándose de la ubre morena en el Senado de la República e
igual de funcional resultó Ramírez Pineda en la seguridad social de los
trabajadores del Estado; con los tres
funcionarios del Gabinete de Salud, el presidente López Obrador cerró un ciclo
en Oaxaca comprometiéndose en su última gira de los 80 hospitales de IMSS
Bienestar, a reanudar otro ciclo de comprobación sobre cada una de las demandas
inscritas en la bitácora abierta de julio pasado para acabar con la corrupción
del circuito farmacéutico para proveer a todos los nosocomios y clínicas del
país medicamento de calidad y suficiente.
Y en esos tres meses abatió el
huachicol del coyotaje en la circunstancia del desabasto del Metotrexato y que creó una crisis
artificial que pensaba doblegar a la Secretaría de Salud, al IMSS y al ISSSTE,
como a la Presidencia de México como no pudo el crimen organizado que ordeñaba
los ductos de Pemex. Las conclusiones fueron magníficas importando directamente
de laboratorios franceses el medicamento y a su vez creando un organismo para
concentrar los fármacos con ahorros millonarios como explicó Jorge Alcocer en
su Glosa del Primer Informe de Gobierno. Los adversarios políticos de la 4T han
confundido la austeridad republicana con el ahorro precarista que identificó a
la Década Perdida de la derecha cuando rebrotaron virus erradicados en el país
por adquirir aguas destiladas como vacunas o por dejar de prevenir renació el
dengue, parasitosis y epidemias por quirófanos sucios; el colmo regresó la
tuberculosis y rabia humana como los extremos no de la pobreza sino de la
miseria que en una de esas giras palpó el presidente López Obrador en la
Tarahumara donde las etnias se mueren de hambre.
Como parte de esa austeridad
republicana, Jorge Alcocer, complementó los propósitos empeñados por el
presidente López Obrador entre los asalariados del sistema sanitario,
anunciando dos mil millones de pesos para basificar a seis mil trabajadores;
esto es, que a mitad de sexenio habrá conseguido el Presidente de México
aquilatar su compromiso basificador una vez que Zoé Robledo y Ramírez Pineda
hagan su aporte para conseguir esos 50 mil puestos de base y llenar el déficit
de galenos que se vuelven inapetentes para el servicio público alejado por los
bajos emolumentos. En tres meses y 19 mil kilómetros, el presidente López
Obrador y su Gabinete de Salud transformaron un legado de cuatro décadas de
ineficiencia con este cierre de ochenta hospitales de Coplamar ahora
literalmente de Bien-Estar. El ciclo no concluye en Oaxaca sino que renueve en
una espiral en ascenso retroalimentando lo observado y el mejor testimonio lo
darán las comunidades rurales en la segunda etapa de IMSS Bienestar, pero más bien
de una salud pública conforme los estándares sanitarios humanizados.
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