*El poder amafiado
*Trabajadoras sociales
*Feminismo ante su violencia
*Legitimidad y generosidad presidencial
VLADIMIR ROTHSCHUH
Un hombre feliz, no le hace daño a nadie, los
mexicanos somos evaluados como uno de los países más felices del orbe. Y es
suficiente el tránsito de la cuarta transformación de México bajo la conducción
del presidente López Obrador para inscribir esta revolución en términos de paz
y amor. Así mientras el Presidente de
México, por ejemplo, reconstruye los valores en torno al respeto de las
mujeres, los hijos y las familias, tal fue la exposición de Emiliano Salinas
Occelli, la respuesta que ha conseguido el Jefe del Estado Mexicano de ese
grupo, son las zancadillas descaradas a través del obstruccionismo jurídico en
el nuevo aeropuerto de la CDMX en Santa Lucía. Amor con amor se paga, reza el
decir, pero no siempre es así; hay quienes confunden la generosidad con
debilidad y al poder para joder, dando testimonio de esto último el Cardenal
Posadas, Luis Donaldo Colosio y Ruiz Massieu. El poder para joder,
afortunadamente llegó a su punto final con el presidente López Obrador, pues no
teniendo ningún negocio personal, familiar o de pandilla en San Lucía, como
sucedió en el NAIM Texcoco, entonces las obstrucciones salinistas en el nuevo aeropuerto
van contra los mexicanos y el desarrollo nacional. Los indicadores sobre
inversiones del trasiego aéreo ofrecidos como validez en Texcoco, no son
diferentes para Santa Lucía. Mostrar sin embargo las uñas a través de los
Claudios es magnífico en términos de triunfo, pues si tan mal fuera la Cuarta
Transformación cruzados de brazos estarían los conservadores que frente a la
autoridad y legitimidad de López Obrador, buscan las provocaciones en Santa
Lucía. O como sentenció el presidente
López Obrador "en general, lo voy a decir, hasta se los adelanto, en mi
Informe. El pueblo está feliz, feliz, feliz, hay un ambiente de felicidad, el
pueblo está muy contento, mucho muy contento, alegres. Entonces, no hay mal
humor social."

La solicitud de un colectivo de ‘restauradoras’ para mantener en los monumentos públicos dañados el reclamo feminista contra las autoridades capitalinas, es un garlito que intenta hacer aparecer a la Cuarta Transformación como un abyecto gobierno neoliberal que reprime a las mujeres. Los monumentos dañados deben restaurarse porque ha habido respuesta y sensibilidad de Claudia Sheinbaum atendiendo a los grupos feministas que recurrieron a imitar la violencia machista y además de abrirles agenda, las sumó a la reeducación de la no-violencia en los cuerpos policiales de la CDMX. Hace suyo el malestar sobre los feminicidios que se instalaron en la CDMX con el mancerismo y ha impulsado el nuevo tratamiento que Ernestina Godoy dio en los Ministerios Públicos desde que asumió la Fiscalía por encontrarse con cifras falsas y maquilladas que como en el Quintana Roo de Borge o el Veracruz de Yunes, optaron por una cifras rosas con tal de no afectar el turismo en esos estados y en la CDMX. El caso del multihomicidio de la Narvarte es el enorme botón de muestra de cómo se manejó desde las autoridades veracruzanas y chilangas ese caso. Y porque no es comparable la 4T con ninguno de esos gobiernos omisos del feminicidio es que los daños a los monumentos históricos de la CDMX deben mantenerse como identificación a una posverdad: Sheinbaum no es Borge, Marín, Padrés, Mancera, Graco, Sandoval y un largo etcétera de la Conago.
Este fin de semana el presidente López Obrador
correrá la pluma sobre su Primer Informe de Gobierno, la giras recorriendo los hospitales del país no tendrán
un aparente descanso con el Primer Mandatario en Palenque porque formarán
parte de su rendición de cuentas a la Nación. En las cuarenta y tantas giras del presidente
López Obrador por la red hospitalaria de todo el país, han acompañado este
itinerario Jorge Alcocer, Luis Antonio Ramírez y Zoé Robledo para sacar del
obsoletismo los ochenta nosocomios de IMSS Bienestar. Y fue en Oaxaca donde el
Presidente de México hizo una buena radiografía del sistema nacional de
seguridad social de los trabajadores del Estado, ciertamente desde José López
Portillo la seguridad social no volvió a tener inversiones para infraestructura
en los gobiernos neoliberales; el triste negocio de los políticos desde el
delamadridismo fue hacer de la medicina la panacea del asistencialismo
privatizador, como fue la respuesta de Alcocer a los ex secretarios de Salud
atrapados en el Seguro Popular. Ramírez Pineda y Zoé Robledo, una vez
designados por el presidente López Obrador se enfocaron en la cartografía
sanitaria de la Cuarta Transformación y que su cabecilla, Jorge Alcocer,
bautizó como la naturalización del socialismo nórdico para bien de los
objetivos del presidente López Obrador. Porque son esos países escandinavos
donde se usan cajas de cartón como cuneros y se usan parteras de la comunidad
para abolir la mortandad infantil. Sin embargo, en México hablar de parteras y
de cajas de cartón es invocar pobreza, tercermundismo y hasta brujería, porque
la modernización neoliberal vendió bisuterías primermundistas y cuyos
resultados son ese sistema hospitalario en ruinas pero gastando miles de
millones en medicinas entre grupos escogidos de la mafia del poder. Para
conseguir los alcances expuestos por el presidente López Obrador sobre la
prevención para evitar las grandes
falsas enfermedades que consumen el presupuesto sanitario del país, como son
sobrepeso, diabetes, cáncer, Alzheimer e
infartos, fueron reconocidas en su día las trabajadoras sociales de Salud,
ISSSTE e IMSS que hacen posible una red inmensa
de vínculos clínicos con los pacientes facilitando y canalizando,
asesorando y asistiendo, pues sin las trabajadoras sociales se carecería de una
atención integral y multidisciplinaria. En esas trabajadoras sociales
descansará la estrategia preventiva que el presidente López Obrador, Jorge
Alcocer, Ramírez y Robledo formulan para la reingeniería sanitaria de la 4T y
que basificará a todos los trabajadores de piso del sistema de salud.
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