TANDAS DE BIENESTAR






*Cultura ambientalista
*Estafas hipotecarias
*Posverdad de la Verdad
*Microcréditos a la palabra

  

VLADIMIR ROTHSCHUH



Comprometió tiempo atrás Clara Brugada la agenda del Presidente de México invitándolo a compartir  las buenas nuevas o el Evangelio de la Cuarta Transformación ante los iztapalapenses víctimas aún de los sismos del 19 de septiembre. Por el saqueo indiscriminado del agua del subsuelo, muchas colonias de Iztapalapa no se han recuperado de las fallas geológicas y que humildemente los pobladores llaman grietas. Y si López Obrador se desgajaba hasta Santa Cruz Meyehualco, lo mismo habrían de hacer Albores, Alcalde y  Sheinbaum, porque de la administración capitalina es el programa para reconstruir viviendas sin endeudar a los damnificados del S-19, así como los programas de pensiones e inclusión laboral de Sedebien y STPS. El censo de los afectados se levantó en la CDMX presuntamente en la administración mancerista, siendo la realidad distinta cuando Brugada comenzó a hacerlo por cuenta propia con tal de resarcir esa deuda social sin favoritismos ideológicos o de clase que distinguió la ayuda negriamarilla con tal de atraer votos entre los electores. La segunda vuelta administrativa de Brugada en Iztapalapa promete erigirla en la mejor alcaldesa de la CDMX ante los desafíos que no son novedad para quien los conoce desde sus entrañas aunados al soporte que el Presidente de México prometió a los microempresarios con las tandas del bienestar.



En Yucatán Josefa González Blanco denominó culturales a los problemas ambientales de México y del planeta. Culturalmente las nuevas generaciones alfombran el desempeño de la titular de Semarnat porque como nunca los Millennials y Centennials son la vanguardia contra el esclavismo animal y cero desechos, facilitando a la Cuarta Transformación la sostenibilidad. Cuando se reunió González Blanco con José Ángel Gurría colisionó con un cuadro de la OCDE cocido en los viejos moldes del industrialismo y ni siquiera en la Revolución Cuatro Punto Cero que conmueve a Europa. La escasa vinculación social de Semarnat profundizó en los anteriores sexenios la escisión de un gobierno con una agenda verde a la deriva y violentada a su vez  en los compromisos de la cumbre parisina. Ahí deriva la facilidad que abriga naturalmente a Josefa González Blanco para comprometer a la institución que representa con los valores bioéticos, erradicando las dobles morales que caracterizan a los ambientalistas que practican el esclavismo animal y fomentan la violencia consumista; fue triste que Pacchiano formara parte del Partido Verde sin ser vegano o al menos vegetariano; más lamentable aún que los Verdes protestaran contra las corridas de toros mientras degustaban filetes. Por ello  sonaba hueco el discurso del titular de la OCDE ante González Blanco porque culturalmente estaba divorciado Gurría del cambio climático, gobernanza y biodiversidad. Mientras tiene hacia afuera la Secretaria de Semarnat todas las posibilidades de edificar colectivamente la agenda verde mexicana, hacia dentro se ha encontrado con lamentables reminiscencias generacionales que consideran un lujo el gasto público ambiental y solamente hay que voltear a ver hacia su presupuesto mermado.



Mirar hacia el futuro y no empantanarse en el pasado es una divisa del presidente López Obrador a todo su Gabinete, pero a Carlos Martínez Velázquez se le hace abultado meter bajo la alfombra del Infonavit un paquete que involucra a funcionarios, jueces, constructoras, bancos y familias defraudadas. La vivienda social en México apuntaba bien en su origen echeverrista y cuando Silva Herzog dinamizaba los compromisos tardíos de la posrevolución mexicana, hasta que los corporativismos sindicales amafiaron con la clase gobernante, la vivienda social con fines de lucro como el huachicoleo de Pemex al involucrarse el STPRM en actividades comerciales. Frente a López Obrador, no puede quedarse Carlos Martínez en esa inmediatez de los desalojos judiciales a miles de familias, tendrá que ir un poco más atrás hasta los ingratos puntajes neoliberales, los ahorros desaparecidos por el foxismo a la derechohabiencia dormida y la bancarización usurera.  Sin embargo, asentarse en el pasado sería un desafortunado sino para Carlos Martínez Velázquez cuando tiene la encomienda del Presidente de la República de mirar hacia la sostenibilidad transformadora liberando a las familias mexicanas de la usura viviendera que los esclaviza y restringe sus demás satisfactores sociales de vida. Ese reconocimiento lo expresó el titular del Infonavit poniendo en manos externas las auditorías contra los casatenientes judiciales, políticos, sindicales y bancarios.



Volvió a dejar en claro Alejandro Encinas que la Comisión de la Verdad y Acceso a la Justicia en el Caso Ayotzinapa es una denominación circunstancial, porque no es ni una comisión de la verdad, como tampoco estará abocada a resolver el caso de los 43. Como en casi todos los convencionalismos Ayotzinapa es el referente mayúsculo que englobará la tarea del Estado para dar respuesta a más de 300 mil desaparecidos por violaciones graves de derechos humanos en los sexenios de Calderón y Peña. Contravenía los propósitos transformadores haberse fijado como única tarea, dar con el paradero de los normalistas, estando 299 mil 957 hombres y mujeres en la misma coyuntura bajo la paramilitarización ejercida contra el crimen organizado y que dio pie a los mal llamados efectos colaterales. Los resultados crueles de esa militarización tienen en jaque a la sociedad civil y ONGs inconformes con la mutación de la milicia en Guardia Nacional. No obstante que las agrupaciones participantes en este evento de Gobernación, significaron darle luz verde al programa pacificador del presidente López Obrador, sea o no, con un civil al mando de la Guardia Nacional. Consiguió la Secretaría de Gobernación con este evento,  la legitimidad de la pacificación nacional encabezada por Alfonso Durazo, los procesos de amnistía dirigidos por Sánchez Cordero y los cumplimientos internacionales a la Carta de los Derechos Humanos por parte de Ebrard. Aunque suene mal, el Subsecretario Encinas ‘mató’ varios pájaros de un tiro.



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