*Banxico sale de caza
*Astrología política
*Sueños guajiros
*Electo/EZLN, por la amnistía
*Uber versus diputado
*Maquiavelo: el Príncipe
mexicano
VLADIMIR ROTHSCHUH
Guajiro es el sueño de las
oposiciones al ojo cubero del Presidente electo: México en tres años no
repetirá los errores del racista y extremista de derecha que perdió afortunadamente la Cámara
de Representantes en el Súper Martes. Está dicho, extremismos neoliberales
contra los que votaron millones de electores cuya ejemplificación ofende y
redunda en México. El badajo no deja de vibrar en los partidos opositores a la
Cuarta Transformación viéndose de vuelta en San Lázaro para restaurar el viejo
orden de privilegios, pero ese sonido cilindra el arillo campanero de los
morenos que deben mirarse en el espejo vecino para no repetir mal el ejercicio
gubernativo. Un gobierno con un congreso dividido no hace mejor la
administración pública, tensa los contrastes y extrema las diferencias perdidas
en la petulancia temporal. En cuatro meses López Obrador ha desnatado lo
positivo de su agenda prometida y con ese bono democrático debe acelerar sus
transformaciones exorcizando la silla presidencial cuya gracia es efímera bajo
esa cultura que espera todo lo bueno y edifica todo lo malo en torno de la
máxima figura del Jefe de Estado.
La guerra sucia contra Ernestina
Godoy creía verla lejos del Congreso de la Ciudad de México y colaborando con
Sheinbaum. Todas las semanas el golpeteo robusteció a la líder legislativa de
la CDMX y que adelanta para el cinco de diciembre, la asistencia del Presidente
Constitucional a la toma de protesta de la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum.
A Muñoz Ledo sus adversarios internos lo han filmado en un 'antro', lo han
declarado infartado por un dolor de muelas, pero resiste, no obstante que ahora
le fijan fecha para irse al Gabinete luego que le tome protesta a López Obrador.
A la diputada Godoy le aumentan los plazos, recibirá al Presidente López
Obrador, ungirá a Sheinbaum pero no volverá al Congreso capitalino en enero. Como
Muñoz Ledo, la astrología sobre Ernestina, está por verse para bien o mal de
los Moni Vidente morenos.
La lección del Aeropuerto de
Texcoco la han dado el Presidente electo y los empresarios-contratistas: México
merece paz y reconciliación. El botón de esa amnistía mutua fue brindado por
los actores directos a los miles de mexicanos divididos por un presunto velorio
que les era ajeno. Los meses de confrontaciones por Texcoco y Santa Lucía no
deberían crear ofensas en los victoriosos y los vencidos porque la batalla
concluida es barrocamente gongorina, un lecho de plumas del win-win: ni los que
creían haber derrotado a los contratistas del peñanietismo, ni los que creían
haber perdido con Santa Lucía, los divide el desenlace del sano acuerdo en el
que todos se dan la paz. Ahora viene la consulta sobre el Tren Maya y la praxis
de Texcoco tendría que desfogar las divergencias que el EZLN como el CCE y
Coparmex estimulaban en su público. El saldo alegre de Texcoco es que todos son
cuates en la Cuarta Transformación, inclusive los Hinojosa y los Gerard. El lado
amable de Santa Lucía podría ampliarse en el Tren Maya cuando el Sub Comandante
Marcos deponga sus malestares replicando a la sombra de maderables y frutales
la postal entre Amlo y los contratistas del NAIM. En el barro de Texcoco se
coció una nueva alianza, en los rieles del Maya, la guerrilla volverá a la
civilidad.
Si contratas un Uber y te lleva
dos kilómetros lejos de la ruta trazada, cualquiera está en su derecho de gritar
como pueda. A Mayer Bretón le sucedió algo parecido y lo culpan de maltratar al
chofer y de exigirles a los colaboradores de la empresa apego no sólo a la App
sino al sentido común. ¿Por qué es culpable el Presidente de la Comisión de
Cinematografía y Cultura del Congreso del plagio de su chofer? Porque más
eficientes que los Uber cobrando 900 pesos por un falso vómito del cliente
alcoholizado, al diputado Mayer lo graban y lo satanizan en las redes sociales
debido a su inconveniente mal estado de personaje público. Ninguno de esos
fuegos amigos en las entrañas de la Comisión, es de suponer, sigue a cargo del
volante o la agenda o los mandados del diputado y actor político, porque si son
Uber, son reemplazables.
Sus predilecciones por Mario
Puzo decantaron fluidamente en el expresidente Salinas por Nicolás Maquiavelo. Los
dilemas de morir o renacer, cambiar o permanecer, son contrastes vitales en las
circunstancias del ex mandatario mexicano cogobernando a través de su gente en
la Cuarta Transformación. Mientras gobernó el Partido de Estado encarnaba la
figura del Príncipe Moderno, hoy está claro que el apotegma de Gramsci es
aniquilado cuando la figura del Príncipe la representa una persona, López
Obrador, capaz de unificar a napolitanos
y florentinos en un proyecto de Nación. El Príncipe para Maquiavelo que
unificaría Italia se llamaba César Borgia, no tuvo ese alcance pero consiguió
otro semblante que pervive por los siglos entre millones de cristiano que
idolatran la imagen de César replicada en el Hijo de Dios. Nuestro Cristo no es
un árabe moreno sino la viva imagen occidental del hijo del Papa Alejandro. Morir
o renacer, cambiar o permanecer, no expresan la derrota de la Mafia del Poder
frente a quienes vislumbran en el Presidente electo el onceavo mandamiento.
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