*Elefantiasis gubernamental
*Estado Mínimo, Sociedad Máxima
*Parasitismo burocrático
*Enemigos de escritorio
*Emprendedurismo, Pymes e IP
*El gobierno como botín
*Vástagos presidenciales
*Ley de salarios públicos
*La Mafia Inmobiliaria
VLADIMIR ROTHSCHUH
La elefantiasis del Estado
Nacional Mexicano concibe en sus entrañas la autodestrucción porque
expolia e infantiliza a la sociedad
civil. El rumbo torcido del Estado mexicano fue ensanchado por la transición
democrática en el 2000 antes que enmendado en sus excesos, hasta hoy que parece enmendarse cuando López
Obrador anuncia una austeridad republicana no en el sentido del precarismo que
distingue a los populismos latinoamericanos de derecha e izquierda y que en lo interno definió la pobreza estructural de la
Década Perdida cuando un kilo de frijoles costaba 60 pesos y las obligaciones
del Estado en la canasta básica se expresaron eliminando los subsidios en
tortilla y leche. Un gobierno austero o mínimo es el anhelo desde los
fisiócratas para dar lugar a la sociedad y su emprendedurismo sin conseguirse dicho anhelo con los liberales. Hoy se finca la posibilidad con López Obrador que
la sociedad civil mexicana crezca autogestiva y empática en sus
responsabilidades alejadas del paternalismo y clientelismo. Menos gobierno y
más sociedad es el afán de la tecnocracia pero que curiosamente en México
equivalió a achicar el viejo Estado Hegemónico por una red de privatizaciones
que no detonaron el crecimiento horizontal. Menos gobierno deberá ser para
López Obrador la circunstancia de hacer responsable a la sociedad de su propio
desarrollo para no ampliar los vicios actuales atomizando los salarios
millonarios de la alta burocracia por una mendicidad y flojera de nuestra época
posvirreinal. Es posible conseguir que el Estado mínimo permita una sociedad
máxima cediéndole a los emprendedores, a los empresarios, a las familias, las responsabilidades de crear prosperidad y
empleos pues se ha tergiversado la
función del Estado como el gran patrón o padrino impuesto desde Roma en una
cultura mediterránea que pervive entre las naciones de lenguas romances. El gobierno
como facilitador de la creatividad y los talentos sociales, es la tarea
autoimpuesta por López Obrador que requiere más acompañamiento que su potestad,
los enemigos embozados los tendrá a salto de mata y en especial entre aquellos
deformados por el patriarcado soberano experto en repartir migajas y atesorar
riquezas privadas. Ponerle fin al Estado como el botín de élites y burocracias
no es una empresa cualquiera, corre pues López Obrador en sentido inverso de
sus aliados que se cobijaron a su sombra tras el revanchismo de matar al Rey para
que vivan ellos como reyes.
La hija de Peña Nieto
no se
adosó al apoyo que hicieron las hijas de Obama y Clinton con Barrón Trump por
el bullying político y que ha tomado al hijo menor de López Obrador y Beatriz
Gutiérrez Müller en blanco infanticida. Más light Pau Peña Pretelini habló en
general para los hijos del Presidente virtual y el apoyo que deberán darle en
su mandato, no fue específica sobre el caso de Jesús Ernesto o el trastrocamiento
de la vida familiar en Los Pinos que sufre cada uno de los hijos del mandatario
al volverse figura pública entre fobias y filias. Ningún Presidente de la
República fue educado para Estadista y aunque hayan bregado por la política hoy
las redes sociales inducen a la violencia
en la familia presidencial expuesta al falso glamour del poder; Peña lidió
con los memes de suegro, Amlo lidia con otros. De todas formas Pau Peña
Pretelini tiene la vocación democrática de su padre para identificarse
naturalmente con las circunstancias de la alternancia.
Las disputas por el CEN
del PRI
y del PAN se imbrican en las coordinaciones parlamentarias. Osorio Chong al no
formar parte del peñanietismo y tener cercanías con Ricardo Monreal como cabeza
de la mayoría morena y de Manuel Velasco por los Verdes, asegura su liderato entre los pocos senadores de su
partido; para Damián Zepeda el escenario pinta ingrato como operador de Ricardo
Anaya.
En buen momento sumó
López
Obrador a Martínez Cázares al IMSS porque su austeridad burocrática tiene mucho
que ver con el ex titular de la Función Pública de Felipe Calderón. Se le debe
al senador y director virtual del Seguro Social la multiplicación de los panes
en el servicio público cuando basificó la gente de confianza del calderonismo a
través de un decretazo que toleró Peña Nieto
como el peor error de su gobierno: fueron esos polizontes panistas los que
desde dentro de su administración se dedicaron a usar las redes sociales contra
el Presidente de la República. En cierta medida el triunfo de López Obrador se
le debe a esa alta y mediana burocracia resentida y basificada por Martínez
Cázares que ahora deberá irse del gobierno federal dejando lo esencial en el
desempeño gubernativo. Los que pidieron un cambio consiguieron los primeros
resultados, se van del escritorio público a hacer algo más productivo por el
país antes que seguir parasitando del Estado y boicoteando los cambios como ha
sido la rutina oficinesca desde que la denunció Trotsky entre los bolcheviques.
Lo que hace López Obrador no es diferente a lo que hizo Vicente Fox con su
austeridad enviando a casa la herencia burocrática priísta para luego llenar
esos espacios por panistas. Está en la obligación política López Obrador de
echar de su gobierno a los ajenos y abrirle las puertas a los suyos, es lo
exacto que Peña Nieto desatendió compartiendo la casa con sus enemigos bajo
sueldo y ufanados en denigrarlo hasta conseguir que su buena administración
fuera desacreditada por completo. ¿Pero cuáles son los leales al Peje cuando se
ha rodeado de dulce, chile y manteca? Las burocracias son las enemigas de las
transformaciones, a ello se debe el naufragio de las reformas educativas desde
Miguel de la Madrid hasta la fecha y que
colocan a Esteban Moctezuma como punta de lanza en la limpieza fáctica de la
SEP amenazada por las ambiciones del yerno de Elba Esther con su equipo silente
que ha permanecido intacto en la Instrucción Pública por los sexenios de los
sexenios. La alta burocracia advertida por López Obrador deberá acompañarse de
la media y baja burocracia esclavizada a sueldos míseros que otorgan resultados
semejantes entre quienes odian el trabajo que desempeñan. El peor enemigo de lo
que hace porque no ama lo que hace, es el burócrata y López Obrador puede
conseguir el cambio con un gobierno digital que mucho atrae a Gutiérrez Müller por
el progresismo del trabajo a distancia reduciendo costos de tiempo, espacio,
salud y felicidad en las familias desagregadas por el cruel presencialismo de
las oficinas públicas.
Pedregal es un mal sino para la alternancia Mancera – Sheinbaum. Luego de haber
sido un área protegida y salvamentada por un Fideicomiso en la administración
de Ebrard, las modificaciones de uso de suelo a favor del boom de la Mafia
Inmobiliaria de la CDMX, obligan a Layda Sansores en lo delegacional y a
Sheinbaum en lo general, a revisar no sólo la expansión de esta industria con
el mancerismo sino la seguridad de los ciudadanos.
Sánchez Cordero acota
a López
Obrador sobre la honrada medianía en los salarios del Estado: será la reducción
republicana en el gobierno federal pero no en los demás organismos públicos. Es
decir, los ministros de la SCJN, el INE, INAI, Ifai, Congreso, Senado, IFT
cobrarán sus mismos emolumentos millonarios no importando la reforma para
estandarizar a nivel del Jefe de Estado los demás salarios. No puede hacer nada
con el pasado López Obrador como con las pensiones de los exmandatarios, pero
puede hacerlo a futuro, sentando las bases de una austeridad republicana con
una ley que abarque los tres niveles de gobierno y los tres poderes del Estado.