PEMEX
EN LA MULTIPOLARIDAD
Vladimir
Rothschuh
La
visión futurista del presidente López Obrador por el petróleo devolviéndolo a un
bien público y aumentando refinerías y producción, acabó siendo una apuesta
certera cuando Europa fracasó en la Pandemia con sus energías verdes evidenciando
que estaba atada al petróleo. El segundo mandato de Trump aniquilando la agenda
verde de Estados Unidos, es el siguiente beneficio para México que recae en aquella
visión lopezobradorista y redunda hoy en favor de la presidenta Sheinbaum como
un dilema positivo para ella que fue forjada en una amplia bitácora ambiental. Es
patente que el planeta empujado por Trump recula en torno de los combustibles
fósiles, el fracking, el calentamiento global, en fin, puntos de la agenda de París
que hoy importan mucho menos que el neo colonialismo comercial del inquilino de
la Casa Blanca. El Plan Pemex, diseñado a tiempo por Luz Elena González y
acompañado por Hacienda y Banobras, nace de la carga arancelaria impuesta por
el magnate gringo a México: la prontitud del plan, su visión a corto y mediano
plazo, corroboran las habilidades de Sheinbaum y el equipo que la acompañó
financieramente en la CDMX; un trabajo de largo aliento volcado en su Plan
México y que sin alharaca tiene a China, India, Corea del Sur y Japón, entre
los nuevos socios de la multipolaridad de Pemex. La reciente sanción de Trump a
India por comprar petróleo a los rusos, arriba en el mejor instante de la
diversidad financiera y comercial global en la que discretamente Sheinbaum ha
estado abrevando: los aranceles extienden el horizonte de negocios de la 4T por
el orbe. Así como la Presidenta no se ha dormido sobre los laureles de su
popularidad del 80 por ciento, teniendo listo el Acuerdo de Seguridad para combate al Narco y al
Tráfico de Armas con Estados Unidos, en paralelo sacó “Pemex: Plan Estratégico
2025 – 2035” que pondrá en reflote a la petrolera conforme los trazados del
Segundo Piso Energético.