SIN MAÍZ NO HAY PAÍS

 

 


 

Vladimir Rothschuh

 

Los genetistas vegetales creyeron sisar a la futura titular de medioambiente, la bióloga Alicia Bárcena, comprometiéndola en un evento sobre transgénicos en Texcoco. El lema del presidente López Obrador y asumido por la presidenta electa Claudia Sheinbaum de que “Sin Maíz No Hay País”, determinó el discurso de Bárcena a los representantes de las transnacionales que han elevado el hambre planetaria y han saqueado sus semillas como abundó Bandana Shiva en el Cencalli de Chapultepec Naturaleza y Cultura. La nueva titular de Semarnat fue contundente en Texcoco: los transgénicos no han resuelto el hambre de millones de personas, han incumplidos sus promesas del 2015 y van hacia el desastre en el 2030. Y ahí se encontraba el nuevo titular de Agricultura Julio Berdegué muy al tanto de patrimonialismo de Monsanto a través de sus lobistas en la Secretaría y el pillaje del grupo regiomontano ligado al grupo Bayer. Fracasaron los genetistas de semillas porque sus mejoras no las alcanzaron cuando pudieron con sus operadores en el gobierno federal porque desde Proudhon el desequilibrio es esencial en el capitalismo y ahí van de la mano las industrias agroalimentaria y farmacéutica: una enferma con sus transgénicos y la otra administra el cáncer, la hipertensión, la diabetes, la obesidad y desnutrición. La secretaria Bárcena llevó detalladamente el devenir del Glifosato en México porque ese genetismo agrícola ha matado miles de millones de polinizadores, ha desertificado nuestros campos, contaminado nuestras aguas, ha enfermado a las poblaciones rurales y ha expropiado el derecho de los pueblos originarios a sus plantas y semillas. La presidenta Sheinbaum supo elegir en Alicia Bárcena la figura que transversalizará la agenda verde de país con Luz Elena González y las energías verdes, e igual con Marcelo Ebrard por un comercio justo y limpio sin   más cancerígenos en nuestros ríos y campos.