Vladimir Rothschuh
El presidente López
Obrador confirmó el anuncio que días atrás hiciera Pedro Zenteno frente a las
bases magisteriales en Acapulco: el ISSSTE aportará al Fondo Semilla, los
adeudos que tienen con él varias entidades, así como el dinero de la venta de
algunos predios. El Instituto muchas veces saqueado por los neoliberales vuelve
a tener peculio propio gracias al programa anticorrupción de la Cuarta
Transformación, pero sobre todo, al nuevo humanismo mexicano capaz de
solidarizarse con las víctimas de las dos reformas tecnocráticas que privaron a
los jubilados del setenta por ciento de su retiro. El presidente López
Obrador señaló que los aportes del nuevo
ISSSTE al Fondo Semilla, incluirán los acervos
obtenidos por los terrenos de las ex
tiendas Superissste y de los 90 mil millones que adeudan gobiernos estatales y
municipales. Si se percibe, lo que le deben los estados y municipios al ISSSTE
supera al Fondo Semilla de 64 mil millones de pesos, embarneciendo la bolsa invernadero
mucho más que lo proyectado por Ramírez
de la O con el Fideicomiso de la SCJN y los organismos autónomos. El Fondo
Semilla es un almácigo contraviniendo la
percepción nefasta de los negacionistas del conservadurismo. El organismo
social de los trabajadores del Estado hoy es el reflejo de la vitalidad de la
Cuarta Transformación, consiguió el presidente López Obrador un operador eficaz
con Pedro Zenteno pues en cuanto llegó a Buenavista imprimió el sello de la
honrada medianía juarista amputando la
corrupción vigente en diversidad de ámbitos. Auxiliado por Rosa Icela Rodríguez,
restituyó las jornadas laborales completas que ahora brindan atención y satisfacción
a los derechohabientes. El robo hormiga
fue sanado con terapia intensiva, llevarse agujas, medicinas, drogas, sábanas,
uniformes, gasolinas y subrogar servicios eran uso y costumbre. Fue acertado el
presidente López Obrador en designar a un médico al frente de ese organismo
cuando su historia había sido de abogados, bachilleres y economistas, que
llegaron a saquearlo pues en eso consistían los premios de consolación entre panistas y priístas. Hoy el
ISSSTE tiene números negros, dinero propio, construye y renueva su
infraestructura, y lo logró un médico, no un tecnócrata. Pedro Zenteno pudo
hacer química en Palacio Nacional con el presidente López Obrador y con Ramírez
de la O para que lo inimaginable sucediera: llevar la tecnología de punta a la servicios
básicos del ISSSTE, digitalizar su atención y productos, contar con almacenaje fármaco y edificar seis nuevos grandes hospitales
regionales, más otros cinco proyectados
en el segundo piso de la Cuarta Transformación. Coahuila, Tamaulipas, Guerrero,
Jalisco, Baja California Sur y Chiapas, conforman ese primer gajo hospitalario
que suman doce mil millones de pesos y más de dos mil empleos locales por cada
uno de ellos. La gangrena heredada por los neoliberales era patente hace unos
años, entre más se adentraba el presidente López Obrador durante la pandemia en
el sistema de salud, más desastres encontraba: faltaban 50 mil médicos,
hospitales, clínicas, medicamentos, el seguro popular era una estafa; en la
salud de tres niveles ni al primero tenían acceso gratuito todos los mexicanos.
Habilitar nuevamente la infraestructura hospitalaria, contratar un ejército de
galenos, reconstruir clínicas en abandono, significaba una nueva epopeya
social. Mientras los neoliberales
repetían que no hay, el humanismo de López Obrador replica, hay y de sobra
confirmando lo que en décadas pasadas no
hicieron los tecnócratas. La
nueva enmienda del presidente López Obrador a las dos reformas antisociales que
desplumaron a los pensionados para que hoy se les haga justicia y devuelva lo
robado, la abraza Pedro Zenteno a través del Fondo Semilla donde el nuevo
ISSSTE aportará recursos debido a que “las
20 iniciativas de reforma a la Constitución presentadas por el presidente
Andrés Manuel López Obrador, sentencia Zenteno Santaella, están encaminadas a
mejorar el Estado de bienestar y la soberanía nacional”.