*Neoliberalismo en Seguridad Pública
*Cárceles y reos, privatizados
*Metástasis de la partidocracia
VLADIMIR ROTHSCHUH
Rosa Icela Rodríguez superó la escala de confianza que había entre el Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana con el presidente López Obrador. Desde que inició como reportera y fotógrafa en las giras del incipiente candidato estatal primero y presidencial después, la confianza de López Obrador con Rosa Icela fue consolidándose al paso de los años. Por eso fue un campanazo al interior de los grupos presidenciales morenos que la representante del Presidente de la República en el equipo de Sheinbaum fuese removida de sus encargos. Ciertamente que no podía haber dos reinas en el gobierno capitalino y el destino de Rosa Icela a un encargo medio en la Secretaría de Infraestructura y Comunicaciones obviamente no podía cantarse como un triunfo sobre Palacio Nacional, pues nunca habrá victoria sobre el presidente López Obrador sabiendo que por máxima investidura no tiene competencias. Hoy Rosa Icela Rodríguez cuantificó su vínculo con el Presidente de México al desnudar la corrupción tolerada los pasados dos años en la dependencia que dirigió Alfonso Durazo como eran los negocios panistas con empresarios, policías, políticos y alcaides, en la privatización de nueve reclusorios tolerados por el peñanietismo y secundados en la Cuarta Transformación por el ahora candidato moreno a Sonora. Rosa Icela Rodríguez solamente es fiel al presidente López Obrador, lo pueden confirmar Claudia Sheinbaum y Alfonso Durazo, en la Mañanera del 13 de enero la titular de Seguridad Ciudadana puso en el diálogo circular el costo diario que significan los servicios privatizados de las cárceles por el panismo y priísmo; en pesos y centavos cuesta cada reo lo mismo que el salario de un Secretario del Gabinete o del Jefe del Estado Mexicano, no así frente a los emolumentos de la SCJN, INAI, INE; conforme los viejos valores neoliberales no tendrían que haber exentado del negocio privatizador las víctimas carcelarias de su propio modelo económico cruel y excluyente.
El presidente López Obrador con la reversión privatizadora de las
cárceles, toca la fibra sensible de muchas otras áreas del gobierno de México
que subrogan servicios y que hace unos días fue objeto de reunión gabinetal en
Palacio para poner punto definitivo a los organismos autónomos como metástasis
del reparto partidocrático del erario público. ¿Por qué durante los pasados dos
años transformadores las cárceles privadas eran ojo de hormiga en la Secretaría
de Seguridad Ciudadana? La respuesta la van a ignorar las oposiciones que
compiten contra Durazo en Sonora, donde también existe una cárcel que cuesta
mil millones de pesos al año, pero donde poco o nada podrán hacer esos
adversarios pues por el lado panista y priísta la complicidad era semejante. El
hecho que Rosa Icela Rodríguez enterara al presidente López Obrador de ese
atraco del panismo calderonista y que el Primer Mandatario instruyera a su
Secretaría a ventilarlo con el respaldo de Palacio Nacional para revertir ese legado de corrupción,
simplemente permite construir confianza en torno al comportamiento moral del
presidente López Obrador y su función de servicio, pues el Presidente de México
es más amigo de la rectitud que de los candidatos morenos, como dejó ver hoy,
al adelantar que ocurrirá lo mismo con las cárceles privatizadas que como se ha
podido revertir con las otras privatizaciones sesgadas en los autónomos,
desconcentrados, fideicomisos y colectivos. Hoy resulta tan ofensivo para el
presidente López Obrador que un mexicano en vías de reinserción social se haya
convertido en un vulgar negocio de políticos y empresarios, tanto así como que el
actual esquema nacional de vacunación contra el Covid—19 sea subrogado a los
viejos personajes de la corrupción.
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