CADENA EN FRÍO

 


 

*Ultra congeladores UNAM

*La vacuna no es negocio

*Discurso y hechos

 

VLADIMIR ROTHSCHUH

 

El presidente  López Obrador vacunó masivamente la eterna adversidad del presidencialismo mexicano sobre aquello de que todos son más capaces y eficientes que el Ejecutivo Federal. La vacunación masiva del Presidente de México fue abrir la posibilidad que gobiernos opositores, colectivos sociales de raíces partidistas y empresarios, puedan adquirir las vacunas contra el Covid19 y demostrar más allá del discurso que efectivamente son competentes en los hechos.  Para no perder la logística de la cadena de frío en todo México durante la campaña de vacunación, el rector de la UNAM, Enrique Graue, aportó ultra congeladores de la Máxima Casa de Estudios que pueden albergar hasta cuatro millones de dosis, generosidad unamita que ahorrará gastos en esos equipos ahora que lidera una red nacional con las universidades estatales.  Los conspiracionistas se colgaron semanas atrás en que muchas vacunas habían perdido su cadena de frío porque no estuvieron bajo setenta grados bajo cero de temperatura, con el liderazgo de la UNAM se estimula que otras universidades estatales hagan lo mismo ahora que el presidente López Obrador sumó a empresarios y gobernadores al esquema nacional de vacunación anti Covid19. 

La UNAM ha participado desde marzo del 2020 con equipos, materiales, médicos, enfermeros e investigaciones, en la lucha nacional contra la pandemia, justificando en esta emergencia su espíritu solidario, bien reconocido por las autoridades federales y el presidente López Obrador. Ciertamente que ha resultado cómodo a las oposiciones políticas cuestionar el manejo de la pandemia por el equipo de Jorge Alcocer, dolidos con el finiquito del neoliberalismo en el Seguro Popular, la universalización de los hospitales de alta especialidad a todos los mexicanos, la erradicación de los monopolios farmacéuticos,  a estos sectores les llegó la pandemia como anillo al dedo para redoblar sus críticas al nuevo modelo social de salud para todos. El gobierno de México como único detentador de la vacunación nacional contra la gripa china fue usado de ariete propagandístico desde el escenario electoral en que los que no hacen podían hacer mejor el trabajo de las autoridades sanitarias federales; cosa que hasta la fecha los gobernadores de oposición no pudieron ejercer el comparativo de eficacia en la salud pública sobre el extinto Seguro Popular. El ritornelo diario que debía enfrentar López Gatell por parte de los gobernadores de oposición, ha llegado a un feliz punto definitivo cuando el presidente López Obrador pone en mano de los mandatarios estatales y de sus aliados empresariales, las facilidades para que puedan sumarse al esquema de vacunación de la Secretaría de Salud y del paradigma de Cofepris contra sobreprecios y farmacéuticas patito.   Facilidades extendidas también por el rector Graue y la UNAM y sus ultra congeladores hacia una red nacional con el resto de las universidades estatales.  La agudización de que la salud fuese un negocio, tuvo clímax con el neoliberalismo,  cada enfermo representó erogaciones millonarias a las arcas públicas, la Cuarta Transformación acabando con la enfermedad como lucro cerró las puertas a ese pasado  imposibilitando que asome  de nuevo bajo el pretendido que puedes adquirir la vacuna anti-Covid con cargo a tu recibo Telmex.

 

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