*El todopoderoso Alfonso Romo
*Empresarios en la Transformación de
México
VLADIMIR ROTHSCHUH
La Capilla Alfonsina de Romo en Palacio Nacional volvió a recuperar lustre con la aprobación unánime de los empresarios a los 32 proyectos de infraestructura por 250 mmdp y 200 mil empleos directos. Hasta la Coparmex se congratuló con este reordenamiento en la confianza económica al programa del presidente López Obrador. De aquella luna de miel entre la IP con la 4T, hasta su boda, el transitar ha sido reflejo de cualquier vida marital: alegrías, enojos, para volver a estar otra vez felices. Esos altibajos demuestran que la relación de los empresarios con la Economía Moral del presidente López Obrador está viva y que los malos augurios que anunciaba Salazar Lomelín y el grueso de agrupaciones en marzo pasado porque no fueron rescatados por un nuevo Fobaproa anti-pandémico, formaban parte de las intimidades confirmadas por el CCE al estampar hoy las rúbricas alegremente en la mañanera presidencial. De Alfonso Romo pueden quejarse lo que quieran Carlos Urzúa, Víctor Toledo y Jiménez Espriú, el hecho es que tiene su estilo de encantar a unos y a otros. La felicidad en el rostro de Arturo Herrera en este relanzamiento económico por 300 mmdp, abona perfectamente cómo quedó atrás la ruptura de Urzúa, lo mismo sucedía con el dirigente nacional de CCE ahora candidato de Morena y Alfonso Romo a la gubernatura neoleonesa. Porque entre las otras habilidades del Jefe de la Oficina de Presidencia se encuentra el tender puentes políticos con los empresarios que a la Capilla Alfonsina llegan a lamentarse, si no coinciden con algunos aspectos del programa económico de la Cuarta Transformación. ¿Por qué no se vuelve la IP actor de cambio desde gubernaturas, alcaldías y legislativo moreno? Así como la candidatura a la gubernatura de Nuevo León pasó por las manos de Clouthier, Guajardo y ahora Salazar Lomelín, lo mismo acontece con otros ámbitos en diversas partes del país con los escenarios electorales del 2021.
Ir más allá de la participación de los
empresarios en la inversión pública, significa para el Jefe de la Oficina de
Presidencia, acompañar la transformación de México desde cargos de
representación popular. Las ofertas de candidaturas que Alfonso Romo ya ofreció a Carlos Slim para
designar a sus cuadros, hacen que el operador del presidente López Obrador
rompa la barrera que Slim se autoimpuso muchas décadas atrás cuando se declaró
un empresario austero como un juarista en el sector empresarial. Entre los
signantes de este acuerdo de hoy en Palacio Nacional estaba el presidente del
Consejo de Administración de Grupo Carso, pero no es obviamente el hijo del Ingeniero
Slim, el político y socialmente popular sino el audaz Arturo Elías,
autocalificado para la Presidencia de la República y no a partir de las ofertas
alfonsinas actuales, sino desde que Meade se le birló ‘Por un México Chingón’. La
relación reconstruida del hombre más rico de México en Palacio Nacional, difiere por ese Caballero Don Dinero, sino que se debe a Arturo Elías a través de Bremer y los hijos
del presidente López Obrador. Cualquier político sabe que ofrecer enriquece y
Alfonso Romo también ofrece a los hombres de negocios lo que enriquece la babel
del movimiento moreno. Qué vaya a suceder en la distribución de las
candidaturas en el 2021 o en el 2024, el
que menos lo sabe es el titular de la Capilla Alfonsina y ahí están Tatiana,
Ildefonso y ahora Salazar Lomelín, en la disputa por Nuevo León.
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