*Oportunidades del COVID19
*Posverdades del virus chino
*Fraternidad en la emergencia
VLADIMIR ROTHSCHUH
Las crisis definen a los humanos y
sus acciones, el coronavirus debe ser la coyuntura mexicana para la cuarta transformación de
los modelos a los que nos hemos aferrados por décadas y han demostrado sumar
fracasos tras fracasos sociales. La nueva economía moral tiene que ser el
instrumento a la mano con que cuenta la Cuarta Transformación frente a esta
emergencia global de la pandemia asiática. El conservadurismo doméstico apostando
al fracaso de México tras la parálisis de su vida y economía, piensa tener con qué
reclamarle adelante al presidente López Obrador su responsabilidad en esta
decisión perturbadora fomentada por el FMI. Para la izquierda el quiebre del
modelo neoliberal por el coronavirus, debe ser la circunstancia de reinventar
otras formas de comunitarismo a través de la fraternidad y la empatía que
muchos gobiernos la han perdido en la demonización de las víctimas de la guerra
biológica cuyo epicentro es el miedo planetario.
El proyecto social y económico de la Cuarta
Transformación está frente a su oportunidad de demostrar al conservadurismo que
es la alternativa al fracaso del modelo neoliberal responsable del virus chino
diseminado por el mundo y que bien puede calificarse como terrorismo biológico.
Entre que se multiplican los adjetivos para esta pandemia y en vez de atascarse
la cuarta transformación en quienes tienen o no coronavirus o en la temática
sanitaria sobre posverdades de una y otra parte, bien haría el presidente López
Obrador en tomar el ejemplo de Italia que condonó por 18 meses las hipotecas de
sus ciudadanos en un acuerdo con la banca; otra demostración de fraternidad la
está dando el gobierno francés que evitará los cortes de agua, luz y gas
mientras dure la crisis del coronavirus; el gobierno español también hace lo
suyo atrayendo el tema de las moratorias hipotecarias evitando repetir la
crisis de los ochenta; el gobierno de Irán está acordando con las empresas el
apoyo de mano de obra para resistir la cuarentena y facilitar a las familias
los ingresos; Trump está desarrollando un plan de subsidios para los
empresarios, de quien no se tiene noticias de solidaridad en ese sentido de
responsabilidad estatal, curiosamente es el responsable de esta pandemia
mundial, porque el gobierno chino que celebra el fin de su virus en el país,
cree haber salvado el momento con el reinicio de operaciones en las fábricas y
sus exportaciones en el restante planeta deteriorado. Hasta el momento el
presidente López Obrador ha intentado mantener la dinámica con sus giras y
mañaneras, pero la reacción apuesta frenarlo y detener la transformación del
país bajo la simpleza de brazos cruzados con unas absurdas vacaciones de un mes
cuando lo que se trata es de aceptar la oportunidad de la innovación digital
para atender las responsabilidades sin lo presencial en el gobierno, educación
e IP.
Si esta pandemia es mundial gracias a la inmediatez de las nuevas
tecnologías, deberían atraerse los beneficios que implican sus ventajas en la
redefinición laboral, social y económica, hasta espiritual; porque el
aislamiento no es fraternidad sino individualismo cruel, pero aislarse no representa
hoy día lo que era la misantropía de siglos pasados, sino la nueva comunidad
exaltada por el filósofo coreano alemán, Byung Chul Han en las empatías de las
redes sociales. Trascender el discurso de los conservadores sobre las medidas sanitarias
contra el virus chino, tiene que ser la respuesta del presidente López Obrador
junto con su gabinete cultural, social y
económico que preside, con tal transformar esta emergencia en algo positivo
para los mexicanos y llegar a acuerdos
con los banqueros y empresarios durante la emergencia y conseguir la
reactivación desde el nuevo paradigma de la economía moral. La cuarta
transformación tiene que dar el ejemplo en América Latina de fraternidad y
hermandad como lo están haciendo otras izquierdas europeas.