*Opacidad del INAI
*INSABI, Zapata
*Fobias políticas
*Hermandad mayor
VLADIMIR ROTHSCHUH
Dos puntos
fundamentales arroja la respuesta de Beatriz Gutiérrez Müller sobre su carrera
académica: que el anonimato siga coronando las pesquisas del INAI y que un
académico con grado de Doctor perciba un sueldo inferior a un chofer de Uber. Por
un asunto que ella misma había ventilado tiempo atrás en beneficio de la
transparencia del gobierno del presidente López Obrador, pero que el INAI extendió un crédito en razón de una posverdad, sabiendo las
diferencias que permean entre los Comisionados y el Presidente de México debido
al perfil de elefante blanco que ostenta el organismo, tanto por su ineficacia en la transparencia como por la ausencia de honrada medianía juarista. A la esposa
del presidente López Obrador la acabó echando de Twitter la patraña escondida
en el anonimato y que lamentablemente se resiste a ser legislada en este
sexenio como ocurrió ya en Europa acerca de la veracidad de los usuarios de
redes sociales; sin embargo donde resulta inadmisible que ese vicio de la
cobardía persista es en el INAI facilitando a sujetos anónimos
exigir información de sujetos reales y públicos. Elevar los sueldos de todos
los niveles académicos y poner fin a la opacidad en el INAI merecen ser
atendidos por el Congreso y no porque las bancadas de Mario Delgado y Ricardo
Monreal sean mayorías o porque la circunstancia parte de Beatriz Gutiérrez
Müller, sino porque es un pesado fardo de lustros que no se ha querido atender
estando ahora de por medio hechos a favor como el aumento histórico al salario
mínimo bajo la 4T, así como el código de ética de la Cartilla Moral que
transparenta al servicio público. La doctora Gutiérrez Müller atendió con humor
esa historia propiciada por ‘una petición hecha al INAI, seguramente de alguien
que codicia mi fracaso (¿o el de mi esposo?) o que nace a la luz de la tiniebla
de quien se frota las manos pensando: ‘ya la cachamos, es aviadora’… Sí, quizá
sea de este modo: me cacharon confesando que la carrera académica me ha dado
sinsabores y desengaños, sobre todo cuando un despistado confunde mi profesión
con su fobia política. Sin embargo, mi carrera académica me ha brindado
satisfacciones y logros. En vez de decepcionarme este o aquel, me volvió más
perseverante’.
Tres eventos de la
Cuarta Transformación marcan a inicio del 2020 el cambio en la agenda de
gobierno: el INSABI, los festejos del 6 de enero y la reunión con embajadores y
cónsules. El presidente López Obrador fue el primero en adelantar el duro
arranque del INSABI enfrentando las rémoras del conservadurismo y de los
intereses creados por el Seguro Popular entre las mafias farmacéuticas,
políticas y batas blancas. Ciertamente que el comienzo del modelo nórdico de
salud para todos los mexicanos es usado por la oposición para repetir su autoderrota
moral, pero en una semana han conseguido Jorge Alcocer y Juan Ferrer
retroalimentar ese nefasta herencia. Encabalgado con el tema sanitario el seis
de enero abundó a favor de las enfermeras sus nuevas responsabilidades y el
alcance de las promesas de basificación expuestas por el presidente López
Obrador, como el giro radical que se mantuvo inamovible a lo largo de la
Tercera Transformación como exactitud en la Ley Agraria y que López Obrador
despojó de los oropeles carrancistas moviendo su homenaje al terruño del
Caudillo del Sur en Morelos. Y el tercer acto de la 4T en la Cancillería
permitió destacar a dos mujeres del Gabinete en este año de reconocimiento
oficial de género a Leona Vicario en las figuras de Alejandra Frausto y
Graciela Márquez. El presidente López Obrador desempolvó la vieja frase de la
hermandad mayor de México hacia Latinoamérica que los neoliberales mandaron al
retrete histórico cuando desvalorizaron nuestra potencia cultural y económica
que destacó reciedumbre en la geopolítica de entonces. La diplomacia cultural
vuelve a poner a México a la cabeza no sólo de la región conforme las cifras de
Frausto en las acciones del 2019 y prometidas para el 2020.
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