SHEINBAUM - KAMALA

 




FEMINISMO REGIONAL 

TADDEI ANTE EL MANUAL

 

Vladimir Rothschuh

 

La presidenta Claudia Sheinbaum es el booster que empuja la llegada de una mujer a la Casa Blanca. No es la primera vez que México se adelanta a Estados Unidos en temas políticos con el primer presidente de origen negro, con una Constitución revolucionaria liderando derechos sociales y humanos, con un sistema electoral que dejó muy atrás el correo y el colegio electoral, sino que en pleno siglo XXI encabeza un presidencialismo feminista. El paradigma mexicano de una mujer de Jefa de Estado inevitablemente incide en la vecindad política que no tuvo Hillary Clinton pero hoy sí encarna nuestro feminismo con el soporte histórico de 36 millones de votos. La presidenta Sheinbaum ha platicado con la  VP Harris  y personalmente le ha otorgado su apoyo, pero como Jefa del Estado Mexicano se mantiene neutral frente a los resultados comiciales estadunidenses. Su proceder se ajusta a la doctrina Estrada de nuestra diplomacia que según hace tolerar los extravíos de los extremismos internacionales ante unas Naciones Unidas inocua. Tratándose Sheinbaum de una conclusión del patriarcado político en México y una ejemplificación feminista de nuestra Nación como hermana mayor de Latinoamérica, ¿es conducente mantener en privado el respaldo a Kamala o es innecesario conservar el cliché masculino de nuestro Estado y don Genaro en la diplomacia? Las rémoras del cordovismo bajo el lema del PAN y PRI de que “el INE no se toca”, perviven entre consejeros del organismo dispuestos a sostener lo insostenible de una colegialidad obstructiva bajo el presunto canon de prebendas. La colegialidad es asimilada por Arturo Castillo, Carla Humphrey , Dania Ravel,  Beatriz  Zavala,  Faz Mora y Jaime Rivera, en el reparto de las titularidades de los órganos ejecutivos y técnicos, equivalente a salvaguardar el statu quo  operado bajo Córdova, Murayama y  Jacobo, braceros éstos del conservadurismo y actores ajenos a la apoliticidad del Instituto. Atar de manos a la Consejera Presidenta, Guadalupe Taddei, es el legado de estrechez para su toma de decisiones decantada sobre la oblicuidad de que “el INE no se toca” como tampoco “la SCJN se toca”. Hasta hace un par de días las acciones de seis consejeros, incluida la cercana a Santiago Nieto, parecían marchar codo con codo con la ministra Piña y sus siete asociados adversos a la reforma del Poder Judicial; frente a la renuncia de los ocho ministros antagonistas y una vez aprobado el  supremacismo constitucional, la controversia al máximo tribunal promovida por los seis consejeros del INE queda vacía de alteridad: también la derrota moral de sus cófrades los emplaya. Las habilidades de Córdova, Murayama y Jacobo para atraer a los consejeros y hacerlos aliados más allá de su presencialismo, evidencia escasez de negociación por parte de los cercanos a la presidenta Taddei. Indispuestos a continuar con los quebrantos del cordovismo han optado por la blandura dejando discurrir la adversidad y que sea desde fuera como les resuelvan sin confrontación a las obstrucciones que les impiden designar al resto de su equipo en los órganos ejecutivos y técnicos. Negada a usar el manual para estas coyunturas, la presidenta Taddei singla en los pliegues del auxilio exterior cuando ese manual le despejó su arribo al INE: los iniciales 400 millones de pesos reclamados por Control Interno a Córdova no son una acción particular del exconsejero sino fruto de la colegialidad a la que respeta mucho Taddei pero no exige rendición de cuentas. Como Presidente del INE no tomó decisiones solitariamente Lorenzo Córdova, fue respetuoso de la colegialidad y obtuvo de sus consejeros afiliados vistos buenos que Control Interno  hoy atesora en con fines anecdóticos. La resolución a la crisis del INE ofrecida por el diputado Sergio Gutiérrez Luna será una aspirina que no atenderá la raíz de la infección política. La presidenta Taddei está cierta que eliminando las obstrucciones en los espacios ejecutivos y técnicos, aligerará la eficacia del INE   que se vio entreverada en los pasados comicios.