Te daré descendientes como estrellas tiene el cielo y tus hijos serán reyes del
mundo, pero viviendo el tercer holocausto después de Egipto y el Santo Oficio,
a José y Magdalena, les queda poca resignación del Propósito: huir lejos del
nazismo al nuevo mundo ¿cuál sentido tendría? No omitían que Adonai tiene
nuestro destino escrito, aunque nos haga pasar por un Valle de Tinieblas su
cayado nos transborda a verdes pastos y aguas frescas. Un siglo después, Adonai
y los Elohim mostraban el propósito de haber llegado a México en la tercera
Diáspora judía: la nieta de José y Magdalena sería reina del mundo. Primeramente
los judíos llegaron a nuevas tierras de la mano de Christophoro Columbo,
financiado por los pudientes judíos conversos de la Corte de Fernando II que
sufragaron la escapatoria de los suyos renuentes a someterse a las brutalidades
de Torquemada. El genovés sefardí tenía noticias de Marco Polo sobre los
asentamientos de judíos en Oriente y que podía zarpar hacia esas tierras desde
el Este, como lo habían hecho los perseguidos por Felipe IV en 1307 a
establecer una colonia salomónica en Yucatán. El primer cementerio judío de
América está en Bahamas y ahí Colón les habló en hebreo a los nativos y la
primera ciudad judía del nuevo Continente la erigió Luis Carvajal de la Cueva
llamándola Santa Lucía del Reino Nuevo León. Fernando de Aragón e Isabel de Castilla
aceptaron la oferta de Abraham Seneor para darles salida a convictos judíos que
llenaron las embarcaciones de Colón durante dos viajes, puesto que el tercero
más bien se llenó de las ambiciones de los Reyes Católicos por la nueva
hispania. Colón anduvo cerca de México en las costas caribeñas, los que sí
lograron entrar al Altiplano y la nueva Venecia como la Tierra Prometida para
cantar sus dones, fueron los judíos que acompañaron primero a Cortés como
Hernando Alonso, Diego de Ocaña y Gonzalo de Morales, y más tarde El Mozo Luis
Carvajal o los judíos disfrazados en la figura del fraile poeta y dramaturgo
Fernán González de Eslava, cantor de las bellezas mexicanas, defensor de los
nativos y encarcelado por la Inquisición debido a incitar a la revuelta
indígena contra los abusos del inepto Virrey. Los tiempos de Adonai fueron
perfectos, un suspiro para llenar de estrellas a México y coronar su mandato
con la primer mujer que gobernará aquella tierra prometida de los perseguidos
de Fernando II allá y acá por el Santo Oficio, como unos siglos después lo
serían las víctimas de Adolfo Hitler. Los judíos hoy día niegan la originalidad
hebrea de Christophoro Columbo, aceptarlo sería desconocer a Jerusalén y todo
ese largo viaje de Moisés, cuestionado por la Primer Ministro de sexo femenino,
Golda Meir, que criticaba a Adonai por conducirlos al peor lugar del planeta,
pero que como mujer supo dirigir el Yom Kippur y llevar a Estado Nación a
Israel. Fue la mejor gobernante que ha tenido el pueblo de Abraham. Sheinbaum
Pardo reconoce su judaísmo y practicó los servicios de la Torá de sus abuelos y
no obstante fue recia en definir su originalidad mexicana removiendo a
Cristóbal Colón del Paseo Reforma para sustituirlo por una mujer de
lucha indígena, Amajac. El judaísmo es una corriente diversa de creencias: el
conservador, el reformista, el ortodoxo y el reconstruccionista. Y hasta el judaísmo ateo,
representado por el mesías de una nueva religión proletaria, don Carlos Marx.