LAS PANTUFLAS DEL CANCILLER

 



 

Vladimir Rothschuh

 

Discreto, alejado de la estridencia, eficaz y sin redes sociales, es el desempeño del canciller Juan Ramón de la Fuente. Coincide mucho su estilo con el de la presidenta Sheinbaum y que supieron consolidar desde la campaña presidencial en que reconstruyeron la relación con los empresarios, políticos y medios, haciendo del proyecto del Segundo Piso, una prosperidad para ser compartida. La Presidenta jamás observa problemas sino circunstancias que la ponen a prueba como una Jefa de Estado que coloquialmente y en sus palabras, suele darle la vuelta a las dificultades debido a que nada es irreversible y mucho menos personal en la agenda de país. Desde ayer la presidenta Sheinbaum cosecha sus logros frente a la guerra arancelaria de Trump con el mundo que derivará desde México en una prosperidad compartida para Norteamérica en el exacto sentido, puesto que en sus maneras los canadienses han sido beneficiados en bloque por Sheinbaum. Hasta podría expandirse la Wonder Woman al salvamento americano; sin su tolerancia y percepción positiva de los errores arancelarios, los estadunidenses habrían sido arrastrados en una escalada de precios en su existencia básica. Indispuesto Juan Ramón de la Fuente a figurar en este momento binacional, da un paso hacia atrás de la Presidenta para que sea ella la personalidad de estos triunfos, nacionales, regionales y globales. Con su larga experiencia el Canciller ha disipado las ambiciones que maltratan los vínculos humanos,  políticos y que descarrilan casi todo. Como no aspira a ser el sucesor de la presidenta Sheinbaum encarna la figura ideal de lo que Maquiavelo llamaba “consiglieri”  y que en aquel entonces estaba supeditado a ser extranjero, judío y castrato. Dicho perfil mantiene aún semblanzas de renombre en la historia de naciones y estadistas; conforme el principado moderno de Gramsci esos símbolos tienen otras denominaciones. Desde el momento mismo que la presidenta Sheinbaum descafeinó la agenda de sus funcionarios con Trump y ella se puso adelante de cualquier acuerdo, suspiro o entelequia, el trazado diplomático mexicano tenía que discurrir con la suavidad vital del agua que tanto exalta y replica el Sun Tzu. El ex rector de la UNAM tiene un solo proyecto que es la presidenta Sheinbaum. Eso significa decir México. De esta manera  Juan Ramón de la Fuente cumple con las expectativas cimeras de la diplomacia histórica: es un Canciller en pantuflas: no hace ruido y es sumamente efectivo.