Vladimir
Rothschuh
Así como en el 2019 se propuso la alcaldesa de Iztapalapa recuperar la Pasión de Cristo como un bien inmaterial de México, hasta conseguirlo en la UNESCO el 2023, de igual forma proyecta elevar a la CDMX a corazón de la Transformación como su capital. Esa perseverancia de la Jefa de Gobierno, Clara Brugada, para recobrar una tradición de más de doscientos años en el pueblo originario de Iztapalapa, fecundó la animosidad de los chilangos como figura por sostener, reconocer y diversificar sus raíces dentro de la pluralidad cultural que conforma la capital del país cual nicho nacional de oportunidades, desarrollo y prosperidad. Los orígenes de México determinan una inmensa geografía poco identitaria debido a que como señalaban Balzac y Shakespeare de que Francia era París y Londres Inglaterra, igual acontece aquí donde México representa a 32 estados y a su vez no los representa si la visión es relativista. El desafío de Clara Brugada bajo el lema Identitario “Capital de la Transformación”, abraza la totalidad territorial del país y el proyecto de Nación del presidente López Obrador y del Segundo Piso de la presidenta Sheinbaum. Antes se confundió al Distrito Federal con el centralismo político y no con su cultura, historia, gastronomía, deporte, moda, cortesanía, religión, tradiciones y esencialmente a la consonancia sociológica que perfila lo anterior como “Tour de Force” de pasados siglos. Porque cuando decimos Virgen de Guadalupe, Día de Muertos, 16 de septiembre,cempasúchil, tacos, pozole, futbol,nopales, chinampas, tamales, dulces, atole, bollería, museos, teatros, toros, hipódromo, F1, Pasión de Iztapalapa, decimos CDMX. Clara Brugada volteando hacia los once pueblos y siete barrios originarios redefinirá la agenda diversa de la capital que actualmente ocupa el décimo lugar mundial en turismo cuando hace unos años competía en el sexto igual que el país, pero que hoy tristemente la federación se refleja en el ranking 38 entre un centenar de naciones. Dichosamente la cortesía chilanga hace a la CDMX un espacio amable, a diferencia de los parisinos que odian a los turistas cuando de ellos viven, porque la Ciudad Luz es un cascarón que nada produce sino xenofobia, malos olores y racismo entre los suyos; en cambio la CDMX es la segunda urbe financiera e inmobiliaria global. Remediar ese fenómeno de auto sabotaje, será tarea inmediata para la Jefa de Gobierno debido a que se han creado falsas controversias entre extranjeros y mexicanos dando lugar a recientes leyes que no favorecen a los inquilinos sino que protegen a los hoteleros indispuestos a adaptarse a las nuevas exigencias de post pandemia cubiertas por las plataformas digitales que permiten a los visitantes domésticos e internacionales hacer turismo de barrio alojándose en viviendas chilangas y comiendo alimentos callejeros. En la Región más transparente, hay lugar para ocio o negocio VIP y de bajo costo. Ese eje de su perspectiva lo fundamenta la Jefa Brugada en la inaugural piedra angular de su gobernanza, atrayendo a su equipo al único cuadro secretarial del Gabinete del presidente López Obrador, para imantar toda la experiencia y los logros del Poder Blando que hizo a Los Pinos espacio público donde cada fin de semana las tradiciones del norte y del sur se expresan como Casa del Pueblo; y asimismo, innovó el añejo Chapultepec en el Parque Biocultural más grande del planeta y que hoy será detonante de teatros, exposiciones, espectáculos, gastronomía, congresos gremiales, intercambios históricos, encuentros internacionales, en fin, dándole vuelta a la bitácora turística monotemática fracturada y que ha malversado los recursos para no reinvertir el impuesto de la derrama financiera turística. México, Capital de la Transformación, lleva al Humanismo Mexicano y a la Economía Moral, más allá de nuestras fronteras debido al fracaso de las izquierdas internacionales por no hacer a la familia y a la felicidad de los pueblos, los cimientos de sus mandatos. Alcanzó Clara Brugada como alcaldesa lo imposible, que la UNESCO calificara a la pasión de Cristo de Iztapalapa Patrimonio Inmaterial de los mexicanos, igual ocurrirá con la Ciudad de México como Capital de la Transformación.