MILAGRO EN LA CORTE

 


*Fin de la corrupción

*No robarás, no traicionarás

*Elohim Arturo

 

VLADIMIR ROTHSCHUH

 

Fervientemente guadalupano el informe del ministro Zaldívar, rayando el milagro de la fe que bien debería atraer  la CEM para reanimar las almas apagadas por el New Age. El ministro presidente de la SCJN con voz en cuello anunció su portento: brilla la luz de la paz, la honestidad, la medianía honrada en todos los rincones del Poder Judicial. Era como si el Benemérito del Siglo XXI se manifestara en la representación reencarnada del Elohim Arturo. Y tan radiante se mostraba  que nuestro presidente López Obrador batía sus palmas pues finalmente el pútrido Poder Judicial se postraba ante los principios cristianos que identifican la Cuarta Transformación mexicana de no robarás, no matarás, no traicionarás.  Entró la SCJN por el sendero juarista y franciscano de sandalias y rafias desconocido por las pasadas administraciones judiciales. El ministro Zaldívar cuestionó a su antecesor y aún ministro en funciones, Luis María Aguilar, por el tráfico de influencias, el nepotismo, los abusos sexuales, el peso de la IP,  el precio en metálico  de las sentencias, en fin, la corrupción toda. El ministro Zaldívar distante de los demás ministros con emolumentos de medio millón de pesos mensuales, de los blindados, agentes personales, sobresueldos, viáticos,  seguridad social privada y una bolsa de retiro multimillonaria, animó al senador Monreal a alargar su presidencia en la SCJN pues como él no ha habido desde 1825 otro ministro semejante. Y esa rectitud fue puesta a prueba para malestar del Senado, rectificando Zaldívar el golpismo e injerencismo con un rotundo no a permanecer inconstitucionalmente más tiempo en funciones cabeceras, ganándose el aplauso colectivo. Un diciembre religioso se palpó en el pleno de la SCJN con silbatos y panderetas por los prodigios anunciados en el informe del ministro presidente tal si fuera la corona de adviento del nuevo mundo.