Amlo, Díaz-Canel, Biden
Acuerdos de Castro y Obama
Emergencia humanitaria
VLADIMIR ROTHSCHUH
Invitando el presidente López Obrador a Miguel Díaz-Canel a una fecha importante para los mexicanos como su Independencia, volvió a poner a México en el sitio que alguna vez tuvo antes que la tecnocracia se olvidara de su solidaridad latinoamericana. Con el mandatario cubano en los ijares del Imperio reabrió el debate inconcluso que dejó Biden cuando negoció Obama con el Papa Francisco y Raúl Castro un giro en al statu quo en la isla. El hermano mayor y aliado natural de los pueblos de América Latina, México, fue ignorado olímpicamente entonces por El Vaticano, La Habana y Washington, en una transición democrática que abría un futuro prometedor a los cubanos y a los gringos. De esos acuerdos emerge Díaz-Canel Bermúdez en los que México no tuvo participación y que ahora con el presidente López Obrador retoma ese proceso inconcluso presentando al mandatario cubano dispuesto a una segunda parte ante el presidente Biden, teniendo a México como garante tal lo está haciendo entre la oposición venezolana y el madurismo. Y no es que los tecnócratas le hayan dado la espalda a Cuba o tuvieran desinterés porque Peña Nieto gozó de la bendición de Raúl Castro y a cambio Pemex le condonó a la isla su deuda petrolera de 500 millones de dólares. Borrón y cuenta nueva que de poco sirvió cuando Putin ha sido claro con Díaz-Canel ofreciéndole toda ayuda e inversión como cualquier otro país que tiene negocios comerciales con Rusia, pero nunca más como un satélite de la ex URSS.
El recién designado titular de Biden para América Latina y el Caribe,
Brian Nichols apuntó a Cuba entre las urgencias del inquilino de la
Oficina Oval; el afroamericano ya puede ver avanzada su encomienda con
Díaz-Canel en los festejos patrios mexicanos y con el llamado del presidente
López Obrador a Biden que libere el bloqueo por causas humanitarias. El discurso
del mandatario cubano fue magnífico en cuanto hizo a un lado la verborrea de la
vieja guardia castrista destacando la “Primera Dama de Cuba” Lis Cuesta con sus
roles que contrastan el medio siglo de sectarismo anti burgués. El presidente López Obrador
lanzó la pelota, ahora toca a Biden batearla y aceptar poner remedio a una
vieja afrenta de la Guerra Fría y que Obama – Biden intentaron recomponer con
esas negociaciones de donde proviene la frágil apertura democrática isleña con
Díaz-Canel al frente pero que exige en esta emergencia humanitaria mucho más de
todas las partes. El presidente López Obrador abre un segundo tiempo con Biden
y Díaz-Canel a favor de Estados Unidos y Cuba como no lo hizo con Trump por
razones obvias del ultraderechista. Si el presidente López Obrador decide
sacarle este fierro de la lumbre a Biden y si estuvo en México Díaz-Canel es
porque se disponen a ceder en las libertades políticas, religiosas y económicas
requeridas en la transición inconclusa.
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